Compleja figura del “autopréstamo” previsional

Comisión Constitución autopréstamo retiro

Una opción así resulta desaconsejable, pues además de los adversos efectos macroeconómicos que advirtió el Banco Central, se insiste en la noción de seguir extrayendo los ahorros previsionales.



El vicepresidente del Banco Central expresó con claridad los riesgos a los que se puede ver enfrentada la economía de prosperar los proyectos que se tramitan en el Congreso para aprobar “autopréstamos” con cargo a los fondos de pensiones. El personero recordó que el país sigue enfrentando un cuadro de alta inflación y que se están haciendo esfuerzos para que la economía se normalice, desajuste que en parte se explica “por los efectos que tuvo en la economía y en la inflación el gran consumo que se asoció a estos retiros”, acotó. De allí que en la medida que existan nuevos retiros o estímulos adicionales a nivel macroeconómico de grandes magnitudes, previsiblemente se podrían ver retrasados los esfuerzos para disminuir la inflación.

Son tres las iniciativas que se han ingresado a la Cámara de Diputadas y Diputados, las que se han refundido y comenzaron a ser vistas por la Comisión de Constitución. Allí se contemplan fórmulas para el autopréstamo que van desde el 15% de los fondos, hasta incluso el 100%, sin límites de monto. En todos los casos se trata de reformas constitucionales, siguiendo la misma argucia que se utilizó para aprobar los retiros, gracias a la cual se logra escabullir la limitación constitucional según la cual los proyectos que tengan que ver con materias de seguridad social son de iniciativa exclusiva del Presidente de la República.

En la Comisión de Constitución se le ha dado admisibilidad a estos proyectos bajo el pretexto de que no se trataría de nuevos retiros -fórmula con la que solo se podría insistir a partir de abril, cuando se cumpla un año desde que el último proyecto presentado con estos fines no logró los votos suficientes-, porque a diferencia de aquellos esta vez los fondos deben ser devueltos por los afiliados. Pero es fácil darse cuenta de que lo que parece esconderse aquí es un retiro encubierto -como por lo demás lo ha reconocido una de las diputadas patrocinantes-, siempre bajo el justificativo del impacto económico que la pandemia ha tenido sobre las familias, y ahora la guerra de Ucrania.

Por su parte, la reforma previsional que contempla el gobierno también introduce la figura del autopréstamo, pero con límites más estrictos. El afiliado podría “autoprestarse” hasta el 5% de sus fondos, pero con un monto máximo de 30 UF. Si la mujer tiene más de 55 año edad, o el hombre más de 60, quedarán excluidos.

La figura del autopréstamo con cargo a los fondos ahorrados por el trabajador resulta desaconsejable -es extraño que el gobierno también se haya abierto a esta opción-, pues sus potenciales beneficios quedan amagados frente a los riesgos de una iniciativa así. Desde luego, y además de los problemas macroeconómicos ya apuntados por el Banco Central, se sigue validando la noción de que resulta plausible extraer fondos de pensiones, los que ya fueron erosionados en cerca de US$ 50 mil millones con los tres anteriores retiros, anticipando un daño incalculable en las futuras pensiones.

Asimismo, por más que se coloquen resguardos para intentar asegurar su devolución en cuotas, no hay ninguna certeza de que dichos fondos se restituyan, sobre todo porque en el ambiente de populismo en que nos encontramos siempre hay un riesgo latente de “perdonazos” o de flexibilizar aún más las condiciones para la devolución.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.