Convención Constitucional y crisis climática
SEÑOR DIRECTOR
La Convención Constitucional que comenzó este domingo se verá marcada por una serie de aspectos contextuales de relevancia, entre los cuales, es necesario destacar la crisis climática y ecológica por la que atravesamos.
Entre las múltiples consecuencias de esta crisis, hemos vivido en primera persona la fuerte sequía que afecta a la zona central de Chile y que dejará a 2021 como el año más seco de la historia, seguido de 2019 como el segundo año más seco. Se pronostica que, si todo sigue igual, los caudales de agua en nuestro país se reduzcan entre 20% y 50% para 2060. Al mismo tiempo, en la región de Columbia Británica, en Canadá, en días recientes una ola de calor llevó las temperaturas hasta los 49,5° C, lo que ha significado más de 400 muertas repentinas.
Mientras tanto, los científicos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) preparan un nuevo informe sobre las consecuencias del fenómeno, el cual será presentado en agosto y se centra en los puntos de no retorno. Entre sus conclusiones, el informe afirma que lo peor está por venir y lo sufrirán nuestros hijos y nietos.
Por lo mismo, en los años que vienen, nuestra relación con la naturaleza será uno de los puntos centrales de la discusión pública. Ya sea porque nos encontraremos en un mundo cada vez más devastado o porque estaremos implementando los cambios necesarios para salir de esa trayectoria.
La nueva Constitución se redactará bajo esa presión, y no hay manera de que ella pueda tener un sentido intergeneracional si no se hace cargo del asunto. Por ello, el horizonte de una Constitución Ecológica no es solo algo deseable, sino prácticamente una obligación para pensar en un Chile del mañana.
Ezio Costa
Director ejecutivo ONG FIMA
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