Coyuntura, transformación y disrupción: las 3 agendas del liderazgo
"Particularmente en Chile y profundizando aún más el contexto de cambio, estamos viviendo una importante y necesaria transición generacional, tanto a nivel político como social y empresarial. Partiendo por el Presidente electo y su equipo directo, frente al cual la mayoría del país ha manifestado tener expectativas positivas, también han emergido líderes de exitosas startups que han estado haciendo noticia todo el último año gracias a su positivo impacto multidimensional".
El mundo experimenta cambios de manera acelerada en múltiples dimensiones y, mientras algunas compañías los lideran y se adaptan, muchas otras simplemente se van quedando atrás hasta, eventualmente, ser insignificantes o desaparecer. En gran medida, esto se debe a que aún hay líderes, controladores, directores y gerentes generales, que no han sido capaces de ver los cambios o comprender realmente su magnitud, mientras que otros han experimentado miedos tan profundos que, con una gran resistencia, solo concentran su energía en mantener el status quo en lugar de enfocarse en romper paradigmas y ampliar su mirada, en busca de colaborar y evolucionar en sintonía con ellos.
Particularmente en Chile y profundizando aún más el contexto de cambio, estamos viviendo una importante y necesaria transición generacional, tanto a nivel político como social y empresarial. Partiendo por el Presidente electo y su equipo directo, frente al cual la mayoría del país ha manifestado tener expectativas positivas, también han emergido líderes de exitosas startups que han estado haciendo noticia todo el último año gracias a su positivo impacto multidimensional. Es decir, cada vez vemos más jóvenes llegando a posiciones de poder y liderazgo, trayendo consigo nuevos códigos, distintas prioridades y formas de hacer las cosas. Al mismo tiempo, iniciativas como la Ley 21.180 de Transformación Digital del Estado, que pone plazo al 2024 y da lineamientos para digitalizar procesos y comunicaciones de múltiples instituciones del sector público, y la implementación de la tecnología 5G, que aumentará la velocidad de conexión exponencialmente y reducirá la latencia a niveles mínimos, permitirán avances enormes en la digitalización del país, en sincronía con lo que ya ocurre en otras geografías. Con ello viviremos un verdadero boom de soluciones digitales en múltiples industrias y ámbitos de nuestra vida diaria como la telemedicina, educación a distancia, teletrabajo, entretenimiento online, inteligencia artificial y la robótica, entre muchos otras, incluyendo algunas que probablemente todavía ni imaginamos.
Si es que lo hacemos bien, estos cambios junto a otros contribuirán a poner cada vez más al ciudadano y cliente en el centro de todo. Sin embargo, si realmente queremos paz social y progreso para todos, no podemos permitirnos que nadie se quede atrás, lo que no implica quitarle los patines a los que andan más rápido, sino que apoyar a los que partieron desde mas atrás, por medio del diálogo, la inclusión y el desarrollo. La equidad y la meritocracia debe ser una realidad y no una utopía en el futuro de nuestro país.
De este modo, para liderar proactivamente, generar legitimidad social y recuperar la productividad, controladores, directores y gerentes generales deberán gestionar de forma simultánea y orquestada, con la habilidad y mentalidad de un buen malabarista, tres agendas interrelacionadas entre sí: (1) la coyuntural, con todos los temas del día a día que necesitan soluciones prontas y ejecutivas; (2) la transformacional, haciéndose cargo de liderar proactivamente la evolución que requiere el negocio core y la organización para que los cambios, tecnológicos, competitivos, regulatorios, sociales entre otros, sean una oportunidad y no una gran amenaza; y (3) la disruptiva, enfocada en identificar aquellos saltos que podrían afectar a la empresa y las disrupciones que esta misma podría generar explorando nuevas oportunidades más allá de su “core’ actual.
Se trata de un gran e inevitable desafío que implica un profundo cambio cultural y social que requerirá del desarrollo de importantes habilidades adaptativas, incluyendo la colaboración, la experimentación y el aprendizaje continuo. Como bien dice el CEO de BlackRock, Larry Fink, en su carta anual 2022 dirigida a inversionistas, CEOs y directores de las compañías en que invierte, “el capitalismo social es una realidad creciente y aquellas empresas que no sean capaces de evolucionar en sintonía con el mundo que las rodea, junto a todos sus grupos de interés, incluyendo sus colaboradores, clientes y el territorio y sociedad en que opera, tarde o temprano terminarán siendo desplazadas por aquellas que sí lo hagan”. ¿Está usted realmente transformando su empresa? ¿Hay alguna disrupción que debería estar abordando en paralelo? ¿Está usted consciente de los grupos de interés que le rodean y cómo generar valor compartido y colaboración con ellos? ¿Cuál es el talento y liderazgo crítico que requiere para ese futuro?
Por Gonzalo Larraguibel
Socio de Virtus Partners