Decisiones importantes en el mundo post Covid

Juan Carlos Ureta


El llamado “capitalismo consciente”, es decir, un modelo económico basado en la iniciativa privada y en el emprendimiento, pero que pone en primera línea el interés común, y que sitúa como responsabilidad esencial de las empresas contribuir al bienestar general, incluido el cuidado del medio ambiente, se abre así paso en el mundo post Covid como una alternativa a las opciones “estatalizadoras” e intervencionistas que, de forma subrepticia, se quieren imponer desde determinados ámbitos.

Chile, igual que el resto del mundo, tiene que tomar decisiones en el nuevo escenario que surge de la pandemia. Decisiones sobre el modelo de sociedad que queremos, sobre el contrato social que deseamos, sobre si el futuro lo van a decidir los Gobiernos y sus aparatos burocráticos o, por el contrario, lo van a decidir los ciudadanos y las iniciativas privadas a través de los mercados.

La historia de las últimas décadas es una historia de progreso. Es cierto que hay muchas cosas que mejorar para conseguir una mayor igualdad de oportunidades y un acceso de todos a servicios esenciales, como la educación o la salud. Pero la economía ha progresado gracias a los mercados, al emprendimiento y a la iniciativa privada.

Los mercados de capitales, financiando durante largos años la investigación farmacéutica y dotando de recursos a largo plazo a empresas como Apple, Google, Amazon o Microsoft, por citar solo algunas, ha contribuido de forma decisiva a que hayamos podido tener vacunas contra el virus en menos de doce meses y a que la economía no se haya parado pese al confinamiento. Si hoy disfrutamos ya de una sociedad digital es gracias a que las empresas innovadoras han podido contar con capital para poner en marcha sus ideas.

El sistema financiero está llamado a tener un papel fundamental en el mundo post Covid, financiando y orientando la innovación y la transformación de la economía. Estamos pasando de un sistema financiero pensado para la sociedad industrial a un sistema financiero pensado para la sociedad digital del conocimiento. La antigua mentalidad de “casa de empeños”, que presta dinero a quien ofrece garantías, sirve para financiar una economía industrial, pero no sirve para financiar la innovación y la transformación, que son las dos características básicas que definen al mundo post Covid.

La inversión temática, que se centra en mega tendencias como la salud, el medio ambiente, la tecnología, el consumo y los recursos básicos, es una potente herramienta para conseguir esa transformación positiva de la economía.

Frente a esa visión de un “capitalismo consciente” se alza la visión de una economía dirigida. La pandemia ha brindado a los partidarios del “dirigismo” la excusa perfecta para ampliar su influencia, y su deseo sería seguir ampliando el control de la sociedad en el mundo post Covid. Por eso se tienden a convertir en permanentes medidas de choque, como los estímulos monetarios y fiscales extraordinarios que acertadamente se pusieron en marcha para aliviar la pandemia.

Chile, igual que el resto del mundo, tiene que decidir en los próximos meses si su futuro va a hacia una economía estatalizada, intervenida y carente de iniciativa privada o por el contrario hacia un modelo de “capitalismo consciente”, de emprendimiento concebido desde el interés general.

Pocos pensaban hace un año que la pandemia iba a ser la oportunidad de construir un mundo mejor para todos. Pero la oportunidad está ahí y nuestra decisión y nuestra responsabilidad es hacerla posible.

El autor es presidente de Renta 4

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