Discusión en torno a nueva política migratoria
Es importante que en la nueva legislación se preserve el principio de fomentar un flujo ordenado, reconocer derechos fundamentales y evitar espacios para situaciones irregulares.
El proyecto de ley que crea una nueva legislación sobre migración y extranjería -que viene debatiéndose desde hace siete años en el Congreso- había encontrado en general importantes puntos de acuerdos en el Senado -dicha iniciativa ya se encuentra despachada por la Cámara de Diputados-, abrigándose expectativas de que pronto el país contaría con esta nueva herramienta, que reemplace a la actual legislación que data de mediados de los años 70. Sin embargo, algunas indicaciones presentadas por senadores de oposición han entrabado la discusión, en particular aquella que introduce una categoría especial de permanencia transitoria para búsqueda de oportunidades laborales, una materia que requiere ser examinada con especial atención, a fin de que no termine abriendo espacios para inducir a la inmigración irregular, justamente lo que se quiere impedir mediante este nuevo marco jurídico.
Chile es un país que ha visto crecer notoriamente la llegada de población extranjera, representando ya más de 1,5 millones de personas. El fenómeno fue posible gracias a las buenas expectativas que ofrecía el país en materia laboral o bien por ofrecer condiciones de mayor estabilidad. Parece haber coincidencia, sin embargo, que la manera en que se reguló este flujo no fue la adecuada, pues dio espacio para situaciones que han devenido en mucha precariedad. El haber tenido del orden de 300 mil migrantes en situación irregular hace necesario introducir correcciones para evitar que situaciones así se repitan.
Tal circunstancia ha terminado por alimentar sentimientos de rechazo en extendidos segmentos de la población a la llegada de inmigrantes. Resulta muy perjudicial e injusto que existan estas negativas percepciones, pues daña a quienes residen en el país cumpliendo con todos los requisitos que exige la ley, y crea dificultades para promover la inmigración, una fuerza indispensable y de la que el país no puede prescindir.
Se requiere una legislación que equilibre las ventajas de la inmigración así como los derechos reconocidos en diversos tratados suscritos por Chile, con las capacidades que tiene el país para absorber la llegada de extranjeros y conforme una política general que fije objetivos de largo plazo. El proyecto avanza en esta dirección, pues entre otras muchas materias reconoce derechos fundamentales a los inmigrantes en materia de seguridad social, crea un Consejo de Política Migratoria, se establecen distintas categorías en materia de visados, nuevas normas para la revalidación de títulos profesionales y se contará con una Política Nacional Migratoria, que fijará el Presidente de la República.
El objetivo de lograr una inmigración ordenada y moderna se puede ver, sin embargo, complicada cuando por la vía de indicaciones se propone la categoría de permanencia transitoria para la búsqueda de oportunidades laborales. Conforme dicha indicación, el ingreso al país bajo esta subcategoría de permanencia transitoria podrá solicitarse al momento de ingresar al país o en el consulado del país de origen, a elección del solicitante. Este instantáneo cambio en la condición migratoria puede ser complejo, y de allí que sus efectos deban ser analizados con detención, a fin de no abrir nuevos espacios para situaciones irregulares.