El devastador impacto de la crisis

desempleo

Así como hay sectores de la economía que retrocedieron casi 80% en mayo, es un hecho que en materia de desempleo la realidad es mucho peor de lo que reportan las cifras oficiales.



Las recientes cifras económicas de mayo no son suficientes para dimensionar la real magnitud que está teniendo la crisis sanitaria en distintos segmentos de la población y del sector privado.

El INE informó este martes que la tasa de desempleo había escalado al 11,2% en el periodo marzo-mayo, su valor más alto en casi 16 años. Pese a lo elevado del indicador, éste no logra reflejar con precisión la debacle que está experimentando el mercado laboral. Para graficarlo, en un año se destruyeron 1,5 millones de puestos de trabajo, que pudieron ser más de no ser por la Ley de Protección del Empleo que mantiene con un vínculo laboral a más de 600 mil trabajadores, los que aparecen en la categoría de “ocupados ausentes” en la encuesta del INE. De lo contrario, la destrucción de empleos habría superado los dos millones en un año. Los sectores que más contribuyeron a esta caída son los que están asociados al desplazamiento de las personas -comercio, turismo, transporte, actividades de recreación-, los que vieron desvanecerse 680 mil puestos de trabajo en un año, muchos de los cuales no estarán disponibles una vez superada la pandemia.

Es importante destacar que, para efectos de armonización estadística con la OIT y la OCDE, la tasa de desempleo de 11,2% considera solo a aquellas personas que no tuvieron una actividad remunerada en la semana anterior a la encuesta y que además buscaron un puesto de trabajo durante las últimas cuatro semanas. Otro indicador complementario a la tasa de desocupación, que además de los desempleados considera a los iniciadores disponibles y a la fuerza de trabajo potencial -denominado tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial-, pasó de 13,6% hasta el 28,1% en un año, alcanzado su mayor nivel desde que existen cifras comparables. Esto implica que algo más de una de cada cuatro personas con alguna intención de entrar al mercado laboral o que se encuentran disponibles para trabajar o que busca trabajo activamente, no está actualmente ocupada.

Por su parte, la actividad económica de mayo -medida por el Imacec- si bien fue algo menos negativa de lo que esperaba el mercado, gracias al sector minero que se expandió 2,1%, igualmente la caída fue estruendosa, con -15,3%, su peor registro histórico. El dato agregado esconde una realidad incluso peor en algunos sectores. El INE informó que la actividad del comercio minorista registró una caída histórica en mayo de 28,7%, mientras otros sectores como actividades inmobiliarias (-43,6%), las actividades de alojamiento y de servicio de comidas (-51,3%) y el sector de actividades artísticas, de entretenimiento y recreativas (-79%) anotaron retrocesos estrepitosos.

Todo lo anterior plantea un enorme desafío desde las políticas públicas. Las autoridades económicas deberán implementar un plan de retorno y a la vez diseñar mecanismos que incentiven la inversión, favorezcan la contratación y creen las condiciones para una efectiva reconversión laboral de aquellas personas que no puedan reincorporarse al mercado laboral.

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