El legado que deja Juan Sutil
A pesar del convulsionado momento en que le correspondió asumir como líder de la CPC, Sutil logró posicionar de manera efectiva la voz del empresariado y tejer lazos activos con el mundo sindical, político y gubernamental.
Luego de casi tres años al mando de la principal organización empresarial del país, esta semana concluyó el periodo -extendido excepcionalmente- de Juan Sutil a la cabeza de la CPC. Probablemente el periodo que le toco encabezar ha sido uno de los más complejos a los que se haya visto enfrentado una dirigencia empresarial, pero bajo su gestión no solo fue posible hacer oír de manera efectiva la voz del empresariado, sino tejer activos lazos con el mundo sindical, político y gubernamental.
A Sutil le correspondió asumir el cargo a los pocos meses de haberse iniciado el estallido social, un periodo marcado por una alta convulsión social y política, con fuertes cuestionamientos de una parte de la ciudadanía hacia las instituciones chilenas. Su gestión gremial, sin embargo, recibiría otro frente adicional, ya que también por esa fecha el mundo comenzaba a resentir los efectos de la crisis sanitaria, lo que supuso el cierre de la mayoría de las actividades económicas y con impactos significativos en los ingresos de las familias chilenas.
El ahora expresidente de la CPC activó rápidamente al mundo empresarial y logró levantar un fondo millonario -denominado Siempre por Chile-, el que permitió en una primera etapa complementar la labor pública con una ágil y compleja importación de ventiladores mecánicos -claves para salvar vidas y que en esos momentos escaseaban a nivel mundial-, y luego prestando ayuda directa a las familias en momentos en que la crisis económica golpeaba a segmentos de la población.
Con un estilo directo y la vez convocante, supo crear espacios de diálogo que relegitimaron la labor empresarial. En el plano político buscó aportar a la discusión constituyente una vez que la labor de la Convención comenzó su trabajo. Sin embargo, la distancia que marcaron los convencionales con las ideas del sector privado y de sectores políticos moderados -que concluyó con una propuesta ampliamente rechazada por la ciudadanía- impidió canalizar la disposición que mostró el mundo empresarial en esa instancia.
Más adelante, con la llegada del nuevo gobierno, la dirigencia empresarial liderada por Sutil fue poco a poco estableciendo espacios de trabajo con las nuevas autoridades y validándose como contraparte en la discusión de las reformas que tienen impacto en el mundo de la empresa. Además, jugó un rol clave en coordinación con el mundo político, por ejemplo, en el reciente paro de camioneros, que se logró desactivar cuando ya amenazaba con desabastecimiento interno y con graves problemas para el sector exportador.
En el plano personal, mientras ejercía su rol como máximo dirigente empresarial, tuvo que enfrentar un ataque a uno de sus campos y posteriormente un atentado incendiario a su fundo ubicado en la región de La Araucanía. Estos ataques no impidieron que siguiera ejerciendo su rol gremial con admirable mesura.
Bajo su gestión, los gremios empresariales casi duplicaron su aprobación -desde un 20% a un 40% de acuerdo a Plaza Pública Cadem- y logró mantener una fluida coordinación entre las ramas que componen la CPC. Así, el legado que deja Juan Sutil no solo descansa en haber logrado posicionarse como una voz respetada en el escenario político, sino también en fijar nuevos estándares para los futuros liderazgos empresariales.
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