Escenario político tras segunda vuelta de gobernadores
El hecho de que la oposición haya pasado a controlar seis gobernaciones, a lo que se suma el buen resultado en alcaldes y concejales, le da una clara ventaja, pero el buen resultado en gobernaciones también le ha dado un respiro al oficialismo.
La jornada electoral que tuvo lugar este domingo -donde once regiones tuvieron que dirimir en segunda vuelta la elección de gobernadores-, ha dejado como balance que nueve regiones quedaron en manos del oficialismo, seis en la oposición y una -La Araucanía- será regida por un caudillo regional, que ha mostrado independencia respecto de ambos bloques.
Entre los elementos llamativos de la jornada, figura que el oficialismo logró retener la Región Metropolitana (RM) y Valparaíso -dos de las tres regiones que congregan el mayor número de habitantes-, donde han destacado los importantes triunfos del actual gobernador de la RM, Claudio Orrego, quien con el 55% ya es perfilado por algunos como una posible carta presidencial para 2025, mientras que en Valparaíso el incumbente Rodrigo Mundaca logró un importante resultado (62%) -afianzando al Frente Amplio en dicha región-, frente a la candidata de Chile Vamos (37%), ello a pesar de que el conjunto de las fuerzas opositoras sumaron cerca del 50% en primera vuelta. Para el caso de la oposición, resultaron especialmente relevantes los triunfos de Chile Vamos en las regiones del Biobío (con un arrollador 72%), Arica (54%) y Coquimbo (63%), donde en este último caso fue ampliamente derrotado el único candidato del PC, que apenas obtuvo el 36%, dejando a los comunistas sin ninguna gobernación.
Aun cuando el cargo de gobernador regional aún no ha logrado arraigar suficientemente en la población, el hecho de que nueve de los 13 candidatos que fueron a la reelección lograran triunfar, y que en las tres regiones donde sus actuales titulares no fueron a la reelección se produjera un cambio de coalición, de algún modo sugiere que la ciudadanía ha sido capaz de identificar gestiones que considera han logrado marcar una diferencia, lo que es un paso positivo y puede ayudar a fortalecer esta joven institucionalidad. Con todo, es un elemento preocupante que ninguna mujer haya logrado ser electa para el próximo período, lo que desde luego constituye un retroceso y debe llamar a reflexión a los partidos para comprender las razones detrás de esta evidente debilidad.
Al mirar los resultados de estos comicios comunales y regionales desde una perspectiva de potencial electoral para las parlamentarios y presidenciales de 2025, la segunda vuelta de gobernadores ha venido a confirmar las tendencias que ya se habían observado en la primera vuelta, es decir, que la oposición se ha fortalecido, y que si bien el oficialismo perdió terreno, está lejos de haber sido aplastado. Para Chile Vamos es un importante avance haber pasado de una sola gobernación (La Araucanía, que ayer perdió a manos de René Saffirio) a contar con seis, mientras que de 87 alcaldes subió a 122, quedándose con la comuna de Santiago; en concejales, todas las fuerzas opositoras sumaron el 52%. Como contrapartida, el Partido Republicano fue ayer una de las fuerzas perdedoras, al no conseguir ningún gobernador, pues sus candidatos para el balotaje en O’Higgins y Los Lagos fueron derrotados.
Para el oficialismo esta segunda vuelta ciertamente le ha dado un nuevo respiro, pues ha logrado quedarse con la mayor parte de las gobernaciones -con Valparaíso y la RM como sus grandes logros-, pero es un hecho que los 39 alcaldes que perdió y su importante caída en número de concejales y consejeros regionales muestra un innegable desgaste. El hecho de que algunos gobernadores hayan hecho campaña justamente separando aguas del gobierno es otra señal que al oficialismo debería preocupar.
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