Estado y proyecciones de la pandemia para el sector turismo

Graffitis en pandemia

Hernán Passalacqua, director ejecutivo Fitzroy Turismo & Real Estate



El panorama mundial de los Viajes y Turismo estará centrado en el resultado del periodo de vacaciones en el hemisferio norte, por lo tanto, tendremos que ver cómo termina a fines de septiembre en la Unión Europea y Estados Unidos, principalmente. Hoy existe demasiada incertidumbre con la evolución del virus, a pesar de que los turistas están deseosos de viajar y poco a poco se abren con mucha desconfianza las fronteras. Seguramente, en estos destinos es muy probable que los viajes sean más por tierra, evitando aviones y trenes durante el resto del año.

En paralelo las aerolíneas, hoteles, cruceros, operadores, parques temáticos, venues, centros de convenciones y casinos están enfocados en estructurar sus pasivos, buscando salvataje de los gobiernos y reduciendo personal; pero a pesar de todo esto, el indicador Dow Jones U.S. Travel & Tourism muestra una caída de sólo un 25% desde el inicio de la pandemia, cifra que en su momento llegó a un 32%, pero que rebotó.

Frente a este panorama la WTTC (Consejo Mundial del Viaje y el Turismo) se atrevió a proyectar 3 escenarios para el sector este año: en el peor caso se perderán 200 millones de empleos de un total de 320 millones (10% de la mano de obra mundial) y USD5.500 billones en gasto, y en el mejor escenario se perderán 100 millones de empleos y USD 2.600 billones en gasto. Todos los escenarios son catastróficos para los países turísticos, también para la región y Chile.

En Sudamérica el tema se torna más grave por la incertidumbre del transporte aéreo. Actualmente los 2 principales operadores, Avianca y Latam, están en Chapter 11 y los casos dependerán de la negociación en Nueva York con los acreedores, mientras tanto las aerolíneas siguen volando a un 20% de su capacidad normal con reducciones importantes de personal y cortando contratos de leasing de aviones. En cualquier escenario el panorama aéreo tendrá una oferta reducida, menor frecuencia y rutas, y seguramente precios más altos en el mediano plazo. Hoy existen buenas opciones para viajar con tarifas muy flexibles de cambio, pero según las encuestas las personas no quieren viajar, y además es voluntarioso porque no depende de las aerolíneas ni de los pasajeros, depende del control del virus que tengan los países y posteriormente se si abren las fronteras.

Los gobiernos de los países de la región deben coordinarse para encontrar la forma de salvar a las compañías aéreas, una industria tras las que existe un gran esfuerzo por parte de privados para lograr una región bien conectada y con viajes seguros. Es estratégico para nuestra economía mantener estas empresas funcionando, la peor señal es el cierre de la operación de Latam en Argentina. En último caso los aviones estarán disponibles, y si una empresa lamentablemente quiebra, habrá alguien que se aventure a hacer una compañía aérea como lo hizo Richard Branson en 1984, cuando creó Virgin Atlantic luego de la quiebra de British Airways.

A nivel local se viene la temporada de nieve, las últimas nevadas dan una luz de esperanza en medio de la peor sequía en 50 años y claro, la pandemia. Es de esperar que el Minsal y los operadores de centros de esquí se pongan de acuerdo en protocolos para funcionar, dado que es una actividad que crea empleos, mueve economías locales desde Los Andes hasta Punta Arenas y genera bienestar entre sus visitantes. Lo que sí es una realidad, es que esta temporada no llegarán brasileros ni otros extranjeros.

Los viajes internacionales pueden tener una baja considerable como indica la WTTC, pero la pregunta que nos hacemos todos es una vez que haya movilidad cómo será la recuperación. Sin duda que lo primero serán los viajes familiares, los expatriados, trabajos esenciales, etc. Por su parte, el nicho de los viajes de placer puede tomar mas tiempo, primero en pareja, luego en familia y finalmente en grupo. Ahora, el nicho de viajes de negocios tendrá sin duda consecuencias, qué por supuesto no será sustituido por las plataformas digitales, pero si será un buen complemento. Un botón de muestra es la encuesta de la revista Fortune a los CEO en EE.UU., donde dicen que no volverán a viajar por negocios en un 50%. A pesar de todo es muy atrevido estimar plazos con la información existente, pero todo hace pensar que será lenta la recuperación de los viajes en general por los menores ingresos de las personas y empresas.

Finalmente, podemos esperar volver a viajar dentro de Chile a partir de noviembre con mayor tranquilidad, probablemente más en auto que en avión y a destinos no masivos. La buena noticia para los operadores de turismo es que habrá menos ingresos disponibles para el consumo, pero estarán todos los chilenos potencialmente viajando en nuestro territorio y de esos casi USD 3 billones al año que dejamos en el extranjero (2019), es posible que una fracción nunca se gaste, pero otra sí se gastará.

El lado negativo es que no habrá extranjeros hasta principios del 2021 según nuestras estimaciones, salvo que logremos al menos con Argentina y los otros países vecinos un “travel bubble” o “corredor sanitario” donde exista confianza mutua para moverse entre ambos países. Esta medida sería un gran logro para la temporada 20/21, tal como lo están haciendo Nueva Zelandia con Australia.

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