Exposición de Zelensky ante el Congreso pleno
Ha sido un paso muy relevante que el Mandatario ucraniano finalmente se haya podido dirigir al pueblo chileno, pero la ausencia del PC y el FA da cuenta de visiones ideológicas desconcertantes y contrarias a la línea que ha defendido el Presidente Boric.
La breve pero contundente exposición que ayer hizo el Presidente de Ucrania ante el Congreso pleno chileno estuvo revestida de particular significancia, pues junto con la posibilidad de recibir información de primera mano respecto de la tragedia que afecta a dicho país producto de la invasión llevada a cabo por Rusia, permitió a su vez reforzar la postura de condena por parte de Chile a la acción rusa y expresar la solidaridad con el pueblo ucraniano. La ausencia de representantes del Partido Comunista y del Frente Amplio ha resultado asimismo particularmente decidora, marcando un claro quiebre con la postura que ha sostenido el gobierno del Presidente Gabriel Boric, además de enviar una señal profundamente desconcertante en una materia donde no caben las ambigüedades.
La comparecencia del Presidente Volodymyr Zelensky ante el Congreso de Chile no fue fácil, considerando que el PC y el FA negaron reiteradamente sus votos para dar la unanimidad requerida a fin de que el Mandatario ucraniano pudiera usar la palabra en sala. Solo a comienzos de marzo fue posible recabar la mayoría para que esta vez fuera posible su comparecencia ante el Congreso pleno, a lo que también se opusieron los representantes de Apruebo Dignidad. Era ciertamente llamativo que nuestro Congreso no abriera sus puertas para escuchar a Zelensky, considerando que desde que estalló la guerra -hace poco más de un año- el Mandatario ha sido recibido en forma telemática o presencial por la mayor parte de los gobiernos o parlamentos de las democracias más desarrolladas. Zelensky había tenido la oportunidad de dirigirse al pueblo chileno a través de un encuentro que organizó la Universidad Católica el año pasado, pero ciertamente hacerlo en el Congreso pleno adquiere un carácter de Estado, una señal que debió haberse dado hace mucho tiempo, cuando las atrocidades de este conflicto ya eran ominosas.
El Poder Legislativo ha logrado estar a la altura de las circunstancias, en sintonía con la línea que férreamente ha defendido el gobierno, y en particular el Presidente Boric, quien en su calidad de presidente electo ya había condenado sin matices la agresión rusa, en tanto que en las distintas oportunidades en que ha podido dialogar directamente con Zelensky -la última de las cuales ocurrió la semana pasada-, no ha dudado en brindarle todo su apoyo y reiterar la postura de condena hacia el ataque ruso. La negativa del PC y el FA a participar de esta sesión plena abre una inconveniente brecha en el gobierno, y desde luego supone un cuestionamiento directo a la forma en que el Presidente está conduciendo la política exterior, sobre todo en una materia de tan alta sensibilidad.
Las explicaciones para no dar la unanimidad o ausentarse de la sesión -entre las justificaciones que se han dado figura que no le corresponde a otro poder del Estado interferir en la política exterior, a cargo del Ejecutivo, o bien en cuestionar duramente la figura de Zelensky, como ha hecho el PC- no solo lindan en lo irrisorio, sino que sobre todo traslucen visiones ideológicas totalmente contradictorias con el declarado propósito de defender los derechos humanos en todo tiempo y lugar. Sobre el líder ruso pesan gravísimas acusaciones de crímenes de guerra y ataques sobre la población civil ucraniana, lo que hace inexplicable esgrimir posturas de supuesta neutralidad. El episodio enaltece la figura del Presidente Boric, pero desde luego da cuenta una vez más de las fracturas internas que enfrenta la coalición, que han dificultado cuajar el gobierno.
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