Feria del Libro de Frankfurt: la falta de seriedad y cultura cuestan caro

Feria del Libro de Frankfurt wsp

Sorprende la suma de inexcusables errores cometidos por el Ministerio de las Culturas para haber desechado la oportunidad de que Chile fuera el invitado de honor a la feria.



Existe consenso acerca de que el rechazo del gobierno a que Chile fuera el invitado de honor en la Feria del Libro de Frankfurt el 2025, fue un error de magnitudes dada la importancia que tiene este evento, considerado el mayor y más importante del mundo. Diversos intelectuales y representantes de la cultura han cuestionado la decisión, argumentando que para cualquier país es un privilegio ser considerado en dicha categoría, considerando que la citada feria es una vitrina pluricultural por excelencia y donde como en ninguna otra se da cita la industria editorial más relevante del planeta.

Pero junto con la sorpresa que causó la noticia de haber rechazado la invitación, lo que sobre todo sorprende es la suma de errores que se cometieron para llegar a esa conclusión. Porque, finalmente, si la decisión se toma por razones fundadas, lo lógico es que exista un debate al respecto. Pero cuando todo parece ser una suma de improvisaciones, entonces el asunto es más preocupante, desnudando una forma de proceder de este gobierno en diversos planos, incluso en el cultural, ámbito que siempre ha sido una bandera de la izquierda.

En esto, hay que partir por un dato básico: este episodio nunca fue informado. Simplemente se filtró por un medio de prensa. La decisión se tomó hace varios meses y, al parecer, la idea era mantenerla en secreto, algo que es no solo imprudente, sino también grave. Imprudente, porque se trata de un tema que, por su trascendencia, no solo debió ser informado, sino que también discutido. De ahí la molestia del propio Presidente Gabriel Boric, quien señaló que la decisión se tomó sin ser consultado, hizo ver su discrepancia con lo resuelto e incluso pidió revertirlo. Esto habla del desorden de la actual administración, pero también de algo grave: ¿el Mandatario también se enteró por la prensa de esto? ¿Y si no se filtra, nunca lo hubiera sabido? Se trata de algo no menor, dada la trascendencia del tema y el interés personal que tiene el Presidente en la cultura. Por ello, el hecho deja al descubierto algo delicado en esta materia, ya que la democracia no funciona en base a secretos, con lo cual se sienta un mal precedente.

Un segundo aspecto que preocupa de este episodio es la ignorancia. Porque si bien a los ciudadanos no se les puede pedir que sepan la importancia de la Feria de Frankfurt, a las autoridades del Ministerio de las Culturas sí. Lo contrario sería como justificar que el Ministerio del Deporte no supiera cuál es la relevancia de una Copa Mundial de fútbol. Y en esto, las autoridades de cultura, partiendo por su ministro, han quedado muy al debe. Este último señaló que la decisión se tomó porque era una feria de negocios a la cual no asistía público, lo que refleja la sorprendente falta de conocimiento respecto del asunto. Primero, porque la principal gracia es precisamente que es una feria donde escritores, agentes y las principales editoriales se juntan a negociar nuevas impresiones, traducciones y derechos. Es decir, lo único que importa en la industria. Pero eso no es todo, porque contrariamente a lo que afirma el ministro, el evento sí se abre al público el fin de semana, y para este año se esperan cerca de 250 mil personas. ¿Cómo puede ser que la autoridad desconozca esto?

Acto seguido, se indica que, en vez de ir a Frankfurt, los recursos se gastarían en el “ecosistema del libro y la lectura en Chile”, algo que ante la falta de antecedentes concretos respecto de dicho plan más bien parece una cortina de humo. Pero, aunque fuera así, una cosa no tiene relación con la otra, pues pretender igualar el efecto que significa Frankfurt con algo en Chile es entender poco o nada.

Finalmente, está el costo que tiene la invitación. Si bien no hay nada oficial, se habla de que la iniciativa implicaría un gasto de US$ 8 millones, lo que es un monto considerable, especialmente para el mundo la cultura. Y si bien el Presidente Boric dijo que este no es un gasto, sino una inversión, el punto es que igual habría que disponer de dichos recursos, justo en un momento en que la economía está pasando por un momento complejo. Lo anterior significa que ir a la Feria de Frankfurt ciertamente habría implicado un desafío económico. De haber tomado la decisión de asistir, las autoridades tenían hasta el 2025 para conseguir lo fondos, considerando no solo recursos públicos, sino también privados. Un evento de esta magnitud, bien manejado, con los incentivos correctos, probablemente debiera ser capaz de resolver aquello. Lamentablemente, nada de esto existió. Todo se hizo en forma reservada, sin la información adecuada. Y detrás de ello, queda una estela de errores y dudas fundamentales respecto de la forma de operar que tiene la actual administración.

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