Hidrógeno verde: necesidad de industria tecnológica asociada
Por Lorenzo Reyes-Bozo, Director Ingeniería Civil Química y Grupo de Investigación en Energía y Procesos Sustentables de la Universidad Autónoma de Chile
En los últimos meses se ha dado un impulso importante para posicionar a Chile en la carrera por el hidrógeno verde. El Ministerio de Energía ha liderado este proceso, pero hay otros actores relevantes que han trabajado para posicionarlo a nivel país. Así, nace en el documento “H2V Iniciativa Hidrógeno Verde”, que establece una serie de propuestas e iniciativas de una comisión ad hoc formada por parlamentarios, académicos, científicos, asesores y distintos representantes de la sociedad civil.
Entre otros temas, plantea trabajar en la dotación de recursos apropiados para desarrollar I+D en esta área; en electromovilidad, más allá de la aplicación en camiones mineros; formación de capital humano; avanzar en regulaciones con énfasis en aspectos de seguridad en el uso de hidrógeno; regular los impuestos verdes con foco en el diésel; fomentar distintos mecanismos de financiamiento para iniciativas que utilicen este combustible y regular sus distintos usos en transporte de carga, vehículos de aeropuertos, lanchas, etc..
Estas iniciativas van en la dirección correcta, sin embargo, no se establece cómo aumentar la masa crítica de actores claves para el adecuado desarrollo de la economía del hidrógeno. No se aprecia un impulso a las inversiones extranjeras o vías alternativas de financiamiento de proyectos que permitan aprovechar el potencial renovable del país para producir hidrógeno verde.
Tampoco se plantean lineamientos para el desarrollo de la industria del hidrógeno local, que junto a la academia permita avanzar en nuevos productos, servicios y modelos de negocio para la generación, distribución y usos. Parecieran estar orientadas solo a la producción de hidrógeno con tecnología foránea y su utilización, lo cual se podría comparar a la extracción de cobre, sin darle un mayor valor agregado a la industria.
Chile tiene una nueva oportunidad histórica, para liderar el proceso de disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, basado en una fuente energética limpia, renovable y socio-ambientalmente amigable. Nuestro país, tendrá la capacidad de producir el hidrógeno verde a menor costo y con ello transformarse en el motor de la nueva economía nacional. Sin embargo, esta oportunidad debe sustentarse en una industria de base tecnológica que lidere los cambios en la producción y aplicaciones del hidrógeno verde a nivel global.
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