Imprudentes declaraciones del embajador argentino

Foto: AgenciaUno

La intromisión en asuntos de política doméstica -que se suman a otra serie de actuaciones desafortunadas del gobierno argentino que han provocado tensiones entre ambos países- sugieren escaso interés por cuidar y profundizar las relaciones con Chile.



Es inusual que un embajador decida intervenir tan directamente en la política interna, y mucho más aún que ello corra por cuenta del representante de Argentina, país con el que además de existir profundos lazos históricos -que las distintas administraciones han procurado honrar-, hay una asentada tradición de no intervenir en los asuntos domésticos.

Esos principios fueron abiertamente quebrantados por el embajador argentino Rafael Bielsa, quien en declaraciones a medios trasandinos tuvo duros expresiones para el candidato del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast, luego de conocerse que había conquistado la primera mayoría relativa en los comicios del 21 de noviembre. Bielsa señaló que Kast pertenece a la derecha “pinochetista y rupturista”; asimismo, dijo que “ha exhibido su antiargentinismo como una etiqueta”, y que todo podría cambiar entre ambos países si el abanderado llegara a La Moneda.

Estas declaraciones fueron rechazadas de plano por la Cancillería chilena, señalando que “representan una intromisión inaceptable en los asuntos internos de Chile y vulneran normas de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”. El gobierno argentino, por su parte, tomó distancia de los dichos de su embajador, haciendo ver la incomodidad de la administración Fernández con estas declaraciones -a las que calificó de “opiniones personales”-, instando a la prudencia.

El episodio, que se ha preferido no seguir escalando desde un punto de vista diplomático -con todo, resulta extraño que alguien como Bielsa, que fue canciller de Argentina incurra en un desaguisado así- es inevitable sin embargo que abra serias dudas respecto a la importancia que el gobierno de Alberto Fernández le otorga a cultivar una buena la relación con nuestro país, atendidas una serie de desafortunadas intervenciones no solo del actual embajador, sino también del propio Fernández.

El Presidente de Argentina ha protagonizado una serie de episodios en los que ha mostrado desprolijidad en la relación con Chile. Es así como con motivo de la pandemia realizó inadecuadas comparaciones con nuestro país, pretendiendo demostrar que la estrategia de su gobierno para contener al virus había sido más efectiva que la implementada por Chile. También llamó la atención cuando en el marco de una reunión con dirigentes de la oposición chilena, los instó a recuperar el poder.

Bielsa, por su parte, no solo ha protagonizado ácidas polémicas con algunos personeros chilenos, sino que además recientemente participó en una audiencia judicial donde se trató la libertad condicional del activista argentino Facundo Jones Huala, quien fue extraditado a Chile para cumplir cárcel por un grave atentado incendiario en Los Ríos. Ha resultado extraño que un embajador se involucre tan directamente en un caso como este, lo que también fue objeto de duros reproches por parte de la oposición argentina.

Frente a un funcionario diplomático que ha cometido errores tan graves -desatendiendo su principal labor, que es asegurar relaciones fluidas entre ambos países, y asegurar la imparcialidad frente al gobierno que democráticamente elija la ciudadanía-, cabría esperar del gobierno argentino acciones más enérgicas y coherentes con una política exterior que valora la relación con Chile.

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