Incierto escenario político en Brasil

Bolsonaro

Las erráticas actuaciones del Presidente brasileño para enfrentar la pandemia y la salida de uno de sus ministros clave reavivó la posibilidad de un nuevo juicio político en el país.



En febrero pasado, la imagen positiva del Presidente brasileño superaba el 43%. Hoy, apenas alcanza el 30%, y en los últimos diez días se ha desplomado siete puntos. Al contrario de lo sucedido con varios presidentes en el mundo, cuya popularidad se reforzó por su actuar durante la actual crisis del coronavirus, en el caso del Mandatario brasileño, su manejo errático de la situación no solo ha terminado debilitando su imagen, sino incluso ahondando la inestabilidad política y económica en el país. Bolsonaro había prometido reimpulsar la economía y renovar el cuestionado sistema político, pero sus últimas actuaciones parecen ir en sentido contrario.

Luego de calificar la pandemia que afecta al mundo y que ya ha cobrado más de 240 mil muertos como una simple “gripecita” y negarse a imponer una cuarentena en el país -intentando incluso impedir hacerlo a los gobernadores, lo que fue bloqueado por el máximo tribunal de Justica-, Bolsonaro pasó a calificar la crisis sanitaria como “una gran amenaza”. Sin embargo, pese a ello, se ha negado a adoptar medidas más severas de aislamiento social para impedir los contagios y se enfrentó con su anterior ministro de Salud Luiz Henrique Mendetta, a quien finalmente removió del cargo, pese a la oposición de su vicepresidente.

Lo anterior no solo tensionó el ambiente al interior del propio Ejecutivo, sino que aumentó los conflictos con los gobernadores y con la oposición. Además, profundizó los cuestionamientos ciudadanos al manejo de la crisis, ya que un 64% de los brasileños veía positivamente el trabajo del ex ministro de Salud. Desde la salida de Mendetta, las tasas de contagios han subido exponencialmente y el país ya registra más de 95 mil casos y más de 6.400 muertos, en tanto algunos expertos temen que la situación se agrave con la llegada del invierno y se superen los 100 mil muertos. Estos pronósticos han debilitado aún más la posición del Mandatario.

Pero no únicamente el cuestionado manejo de la crisis sanitaria ha alimentado el clima de incertidumbre en Brasil y amenazado el futuro político de Bolsonaro. La renuncia del ex juez Sergio Moro al Ministerio de Justicia en medio de acusaciones de presiones indebidas contra el Presidente agravó aún más el escenario. Con su salida, Bolsonaro no solo perdió a una figura clave de su gobierno, sino que puso en cuestión su compromiso con una de sus principales banderas para llegar a la presidencia: la lucha contra la corrupción. El hecho reavivó los temores de un nuevo juicio político que, de concretarse, sería el tercero desde el retorno de la democracia.

Pese a que el Mandatario se apresuró en ratificar a su otro ministro estrella, el titular de Economía, Paulo Guedes, cuyo futuro también parecía estar en duda, el hecho no logró despejar la incertidumbre instalada en el país producto de los errores del propio Presidente. No solo el Tribunal Federal Supremo autorizó la apertura de una investigación, sino que la convicción entre la mayoría de los brasileños (58%) es que Bolsonaro deberá al final enfrentar un juicio político o renunciar a su cargo, un escenario que amenaza con volver a sumir a Brasil en un espiral de inestabilidad política y económica.

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