Incoherencia
SEÑOR DIRECTOR
La reciente elección parlamentaria en Venezuela ha sido ampliamente cuestionada por falta de garantías mínimas que aseguraran su resultado. No solo el contexto general del país dificulta el ejercicio de las libertades y un proceso deliberativo democrático, sino que el Consejo Nacional Electoral encargado de organizar los comicios está irregularmente controlado.
Hay líderes opositores presos. Otros han optado por el exilio y, como ha señalado la Comisionada de DD.HH. la ONU, Michelle Bachelet, los derechos humanos se vulneran en forma sistemática. Millones de venezolanos han migrado por la crisis humanitaria.
La abstención, según las fuentes opositoras y del gobierno, fue entre un 70% y un 80% del electorado, influida por la pandemia, la desconfianza y el llamado opositor.
Se puede discutir sobre la legitimidad y la eficacia de las sanciones impuestas por EE.UU. y otros países, pero esa no es la causa de la creciente concentración del poder en manos de Nicolás Maduro.
Por ello sorprende la actitud de quienes felicitan al gobierno venezolano por los resultados y avalan un ejercicio del poder que en ciertos aspectos recuerda lo vivido en Chile. Lo que está en juego en Venezuela es la democracia, y todos debieran contribuir a buscar un camino que la restablezca. Sobre todo, en un país como Venezuela que acogió a tantos refugiados chilenos y ayudó activamente al restablecimiento de la democracia.
José Antonio Viera-Gallo
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