Indicaciones al proyecto de “40 horas”
Si bien es valorable que el gobierno busque una implementación gradual de la iniciativa, cabe lamentar los escasos avances que han existido en materia de adaptabilidad.
El gobierno presentó la semana pasada un paquete de indicaciones a la iniciativa que reduce la jornada a 40 horas semanales para reimpulsar la iniciativa que estaba siendo discutida en el Senado.
Se trata de un proyecto presentado por la entonces diputada Camila Vallejo y la actual parlamentaria Karol Cariola, entre otros diputados del Partido Comunista. El gobierno anterior, con el propósito de “parar” esta moción, anunció en 2019 el envío de una iniciativa propia, que reducía a 41 horas promedio la jornada de trabajo semanal, proyecto que en definitiva nunca vio la luz, de modo que la actual iniciativa es la que ha terminado asentándose en la discusión legislativa.
Las indicaciones presentadas por el Ejecutivo en esta oportunidad vienen precedidas de un trabajo en donde se han escuchado a múltiples actores, de distintas partes del país, incluyendo a sectores empresariales. Es sin duda una señal valiosa que esta propuesta de modificaciones haya contado con la venia de los máximos dirigentes empresariales, porque su implementación generará cambios en la estructura de trabajo y nuevos costos laborales a las empresas.
El principal ajuste introducido tiene que ver con la gradualidad en la implementación de la reducción de la jornada, estableciendo un horizonte de cinco años. La primera baja a 44 horas se hará transcurrido un año desde la publicación de la ley, luego a 42 horas a partir del tercer año y a 40 en el quinto año de aplicación de la ley. También se consideraron modificaciones a las jornadas parciales, a las jornadas excepcionales -que por sus características fue necesario compensar con un tiempo de descanso adicional de un máximo de nueve días al año-, y ajustes a las jornadas especiales de trabajadores del sector transporte, de casa particular, de restaurantes, agrícolas, entre otros, en consideración a sus realidades particulares.
Lamentablemente, las indicaciones contienen pocos elementos de adaptabilidad. Escasamente, se propone diferir el horario de ingreso y salida -por hasta dos horas en total- de padres y madres con niños hasta 12 años. Además, en materia de jornada extraordinaria se permite a estos padres o madres compensar horas trabajadas en exceso, recargadas en un 50% de tiempo, por hasta cinco días de feriado adicional.
Ciertamente la oportunidad del envío de estas modificaciones para acelerar la tramitación de este proyecto es preocupante. Luego de la pandemia, la tasa de ocupación aún se encuentra por debajo de su nivel previo y para igualar ese registro es necesario generar más de 500 mil empleos adicionales. Además, las caídas en la actividad de varios sectores que son intensivos en demanda de empleos -como comercio y construcción- anticipan un panorama todavía más estrecho para la creación de nuevos puestos de trabajo, lo que exige especial prudencia a la hora de introducir modificaciones que pueden afectar el mercado laboral.
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