La crisis de Siria
SEÑOR DIRECTOR:
El conflicto se inició en 2011, durante la “Primavera árabe”, para lograr la democracia en la región en contra del Presidente sirio Bashar al Assad. Las manifestaciones provocaron una guerra civil con medio millón de víctimas y 12 millones de refugiados. La guerra parecía haber terminado con la oposición de EE.UU. al régimen despótico de la familia Assad, apoyada a su vez por Rusia e Irán.
La república hereditaria de los Assad, del tipo “sultanato”, fue una tiranía que ejecutaba y encarcelaba a sus opositores. Ante la sorpresa internacional, diversas facciones rebeldes, bajo el Frente Al Nusra, en 15 días tomaron las ciudades más importantes y la capital, Damasco, sin resistencia del ejército regular sirio. El líder rebelde Abu Mohammad al Jawlani ha sido considerado por Occidente como un terrorista global, por haber formado parte de la Organización Al Qaeda hasta 2016.
La toma de Damasco derrocó al gobierno y Basher al Assad huyó con asilo político a Rusia. Las FF.AA. israelíes invadieron los Altos del Golán hasta llegar a Damasco y realizaron la mayor operación área junto a EE.UU. y Turquía, destruyendo el 90% de la estructura militar siria. El líder rebelde Al Jawlani señaló que “Israel no era su enemigo”.
Se trata de un conflicto en desarrollo que altera la geopolítica de la zona y puede conducir al desmembramiento territorial de Siria, una partición de facto y la balcanización del país, con la posible intervención de la OTAN.
El PM designado por los rebeldes, Mohammad al Bashir, ha prometido respetar a todas las minorías. La guerra en Siria incrementa la desestabilización regional, afecta la paz y seguridad internacional y agrava la catástrofe humanitaria en Gaza y el Líbano. El sistema internacional basado en reglas y la Carta de la ONU ha sido gravemente vulnerado, así como la soberanía e integridad territorial de Estados soberanos.
Nelson Hadad Heresy
Exembajador y académico U. Central