La importancia de la diversificación efectiva

Isabel Olivos

En los 90´s, para rentar el 7% había que invertir solamente en un bono del Tesoro Norteamericano a 10 años. Por el contrario, hoy ese mismo instrumento tiene un rendimiento en torno al 0,7%. Esto ha llevado a que para alcanzar un retorno del 7% se tenga que asumir mucho más riesgo y armar un portafolio bastante más complejo.



En marzo pasado observamos una de las caídas más pronunciadas de la historia en los principales mercados accionarios y de renta fija de manera global, tras lo cual han logrado recuperarse rápidamente e incluso son varios ya los índices que vuelven a alcanzar sus máximos históricos en el año.

Si bien el mercado siempre ha sido capaz de revertir estas bajas, son pocos los inversionistas dispuestos a soportar pérdidas de las magnitudes observadas. Tan importante es entonces definir los objetivos de inversión, un adecuado perfil de riesgo y construir portafolios diversificados que mitiguen estas fluctuaciones tan fuertes, ya que es muy difícil y costoso predecirlas con certeza y consistencia.

La comparación siguiente ayuda a dimensionar por qué la diversificación es clave: mientras el índice de renta variable global, ACWI, cayó en marzo un 34% desde su máximo en febrero, un portafolio diversificado en partes iguales entre el ACWI y el índice de renta fija global lo hizo un 19%. Esta misma cartera el pasado 14 de julio se recuperó a dicho peak, mientras el ACWI lo hizo el 18 de agosto, casi un mes después del portafolio balanceado.

Del mismo modo, la diversificación también debe ser por sectores. Desde el mínimo de marzo, se observó una tremenda discrepancia en los retornos de distintos sectores que componen los principales índices, como aquellos ligados a internet, tecnología y salud que han subido más del 30% frente al paupérrimo desempeño de otros, tales como el financiero, energía y servicios básicos.

Otro aspecto relevante en la construcción de un portafolio es elegir aquellos instrumentos que le otorguen consistencia a la política de inversión, que tengan costos bajos e impactos en el aspecto tributario. Esto, teniendo en consideración que los retornos esperados actualmente son más bajos que hace unas décadas.

Por ejemplo, en los 90´s, para rentar el 7% había que invertir solamente en un bono del Tesoro Norteamericano a 10 años. Por el contrario, hoy ese mismo instrumento tiene un rendimiento en torno al 0,7%. Esto ha llevado a que para alcanzar un retorno del 7% se tenga que asumir mucho más riesgo y armar un portafolio bastante más complejo ya que es necesario incorporar renta variable, renta fija de mayor riesgo de crédito y productos alternativos.

En ese contexto, es que la transparencia, simpleza y eficiencia de los activos utilizados son variables fundamentales a considerar al momento de estructurar una cartera. La recomendación es a no asustarse ante las caídas, procurar actuar disciplinado y mantenerse diversificado de acuerdo al riesgo que se quiera asumir.