La proyección política de la segunda vuelta de gobernadores

Elecciones

Si bien el resultado de la elección de alcaldes y concejales ya estaba anticipando un mejor posicionamiento de la oposición de cara al 2025, el balotaje de gobernadores podría terminar siendo un predictor fundamental, con importantes proyecciones para todos los bloques.



Las elecciones del pasado fin de semana han entregado una serie de luces sobre el panorama político del país. Gracias al voto obligatorio no solo se registró una participación inédita para unos comicios comunales y regionales -votó casi el 85% del padrón-, sino que fue posible dimensionar con mayor precisión el peso que poseen las derechas y las izquierdas en el país, así como de las distintas fuerzas al interior de cada bloque.

Tradicionalmente se consideraba que la elección de alcaldes era el gran predictor para las elecciones presidenciales, tanto por la población que quedaba bajo dominio de un sector, y porque el color político de los candidatos electos da una buena idea de la fuerza política dominante, lo que también ocurre con los concejales, al competir todos los partidos y reflejar pormenorizadamente la realidad de cada comuna. En ese orden de cosas, el balance indica que en los recientes comicios de alcaldes Chile Vamos fue el bloque ganador, pues de 87 alcaldes pasó a 122, revirtiendo el desolador resultado que había obtenido en 2021. El Partido Republicano, por su parte, se quedó solo con ocho alcaldías, si bien a nivel nacional fue el partido más votado en consejeros. En el caso del oficialismo, perdió 39 alcaldías, para quedar con un total de 111 -un golpe que fue duramente resentido, especialmente porque perdió Santiago y otras importantes capitales regionales, como Puerto Montt-, cuya población gobernada cayó a 7,7 millones de personas, mientras que Chile Vamos subió a casi siete millones. En concejales las derechas obtuvieron mucho mejor rendimiento que el oficialismo, quedándose con el 52% del total. Decidor es que en algunas regiones donde ganó un candidato a gobernador del oficialismo, en concejales la oposición sumara más votos, como fue el caso de Arica y Parinacota.

De modo que el resultado de alcaldes y concejales ya está anticipando un importante cambio en el mapa político, que deja a la oposición mejor posicionada de cara al 2025. Con todo, un elemento inesperado de estas elecciones es que la elección de gobernadores podría terminar siendo un predictor fundamental para las presidenciales, no solo por la masividad que garantiza el voto obligatorio, sino particularmente por la segunda vuelta, la que constituirá una importante medición de fuerzas entre oficialismo y oposición, lo que en sí debería resultar especialmente movilizador para los votantes.

En la primera vuelta el oficialismo logró triunfar en cuatro regiones (Tarapacá, Ñuble, Los Ríos y Magallanes), mientras que Chile Vamos alcanzó un importante triunfo en Aysén (primera mayoría nacional). Serán once regiones donde el cargo se zanjará en el balotaje, y a diferencia de lo que ocurrió en 2021, cuando la actual oposición apenas logró ganar La Araucanía, ahora potencialmente tiene chances en todas ellas, especialmente en Arica y Parinacota, Biobío, O’Higgins, Coquimbo y Maule, en las cuales se aproxima o supera el 50%. Valparaíso y Santiago, en tanto, son zonas que están muy parejas entre oficialismo y oposición. En dos de ellas la contienda será entre fuerzas del mismo signo. En Antofagasta, la disputa será entre una representante del Partido Radical y el actual gobernador, de sensibilidad de izquierda, mientras que en Los Lagos se medirá Renovación Nacional y Republicanos, única región que disputa la tienda de José Antonio Kast. La DC, por su parte, disputará dos gobernaciones, por lo que podría ser su oportunidad de exhibir algún triunfo relevante.

A la institucionalidad de los gobernadores regionales le ha sido difícil arraigarse entre la población, que aún sigue confundida respecto del rol que juegan estas autoridades. Con todo, parece un hecho que aun sin demasiado conocimiento sobre los candidatos, el voto de la ciudadanía en gobernadores sí está expresando una preferencia política, observándose que las fuerzas de derecha mejoraron notablemente su posición. El arrollador triunfo que la izquierda obtuvo en gobernadores en 2021 -todavía en un contexto de voto voluntario- de algún modo permitió anticipar el triunfo del Presidente Boric, de modo que es factible suponer que si la oposición obtiene un importante resultado en la segunda vuelta -sumado al buen rendimiento en concejales y consejeros- sus candidaturas presidenciales también queden mejor posicionadas, porque con ello consolidaría una considerable presencia territorial.

Para el gobierno la segunda vuelta de gobernadores será también un factor al que deberá prestar especial atención, puesto que el hecho de que el oficialismo y oposición disputen nueve regiones podría terminar siendo una suerte de plebiscito a su gestión, de modo que si el resultado es decepcionante o muy estrecho ello podría leerse como una señal de castigo o un importante llamado de atención, que ciertamente también tendría repercusiones en una proyección para 2025. En ese contexto, no puede perderse de vista que la Región Metropolitana -que congrega a la mayor cantidad de electores- será desde luego la contienda más simbólica de todas, cuyo resultado por sí mismo constituirá un importante predictor. Lo que ocurra en la Región de Valparaíso también será muy decidor, considerando que hasta aquí ha sido un bastión de la izquierda, la cual logró retener con importantes votaciones Valparaíso y Viña del Mar.

La segunda vuelta de gobernadores también arrojará importantes luces para el mundo de la izquierda. Significativo es que en varias de las regiones en disputa los candidatos pertenecen al Socialismo Democrático -los que ganaron en primera vuelta también pertenecen a la centroizquierda-, en tanto que solo en Coquimbo pasó al balotaje el candidato del Partido Comunista, cuyas posibilidades son inciertas. Así, sumado al hecho de que el PS eligió 22 alcaldes y el PPD 8, contra 5 del Frente Amplio y apenas 2 del PC -mientras que en consejeros y concejales quedaron muy equivalentes-, todo indica que la centroizquierda es la fuerza que ha quedado mejor posicionada dentro del bloque oficialista, lo que también debería dar señales de cara al perfilamiento de las futuras cartas presidenciales del bloque.