Lavín y la UDI: ¿Un tema de principios?

“Estos son temas debatibles (retiro de fondos de la AFP), los principios están en otras cosas para mí”

Joaquín Lavín

Mientras Joaquín Lavín y un puñado no menor de parlamentarios de la UDI celebró anoche –y lo harán hoy en los matinales- la aprobación en el Senado del proyecto de retiro anticipado del 10% de los fondos AFP, la directiva del partido que dirige Jacqueline van Rysselberghe sintió la decisión.

Esta misma escena podría repetirse del 25 de octubre, si es que triunfa el “apruebo” a una nueva Constitución, opción que respalda el alcalde de Las Condes. Esa noche Lavín se unirá a la -más probable- celebración de la centroizquierda, mientras el gremialismo estará de duelo.

¿Puede resistir un partido tener un candidato presidencial en la pole position que no represente los principios ideológicos de su colectividad?

La respuesta no es fácil, porque hasta ahora eso no ha sucedido en la historia reciente de la política chilena, desde Patricio Aylwin, quien fue el más fiel representante del falangismo; hasta Sebastián Piñera que logró representar los ideales de RN y la UDI y conquistar su apoyo.

Incluso Donald Trump -quizás el caso que más viene a la cabeza- es complejo de comparar: si bien era un completo outsider al Partido Republicano y su perfil público despertaba ronchas poco disimuladas, el candidato jamás puso en duda los principios centrales de la colectividad y hasta hoy se ha alineado a cabalidad con asuntos como la inmigración, los temas valóricos y las nominaciones judiciales.

“No hay duda de que las declaraciones de Joaquín Lavín dieron base para que quienes querían dañar al gobierno, lo hicieran; para que quienes querían dañar a la UDI, lo hicieran.... Espero que Joaquín Lavín comprenda que su rol cuando ejerce liderazgo tiene que ir acompañado de una definición política del sector de lo que es mejor para Chile, no de que las encuestas dicen qué piensa la mayoría”, advirtió esta semana Víctor Pérez, subjefe de los senadores de la UDI.

Cómo algunos políticos lo han marcado, si Lavín fuera parlamentario, su postura lo pondría en línea para ser pasado al Tribunal Supremo de la UDI, con sanciones que podrían llegar hasta su desvinculación del partido.

Esta tensión es inédita para el propio Lavín. Si bien en su primera aventura presidencial, hace más de dos décadas, su estilo del “cosismo” fue mirado con recelo por algunas de las figuras más tradicionales de la derecha, no mostró grandes discrepancias con el sector, siendo, por ejemplo, uno de los rostros públicos en la crítica al Reino Unido y España tras la detención de Augusto Pinochet cuando ya estaba en plena ruta a ser aspirante a La Moneda.

La pregunta es si la UDI hará “vista gorda” a las acciones –y declaraciones- de su más probable candidato presidencial, con el objetivo final de llegar a La Moneda con uno de los suyos por primera vez en su corta historia política; o tensionará la relación con él al máximo, le pondrán límites, corriendo el riesgo de sacarlo de la competencia.

El pragmatismo indicaría que el partido que fundó Jaime Guzmán el 22 de octubre de 1988 optará por lo primero; sin embargo, tras el debate por el retiro de los fondos quedan dudas en el horizonte que habrá que monitorear.