Los alcances del llamado al embajador de Chile en Israel

Boric
Foto: Rodrigo Fuica / Agencia Uno.

La medida anunciada por el gobierno no puede ser vista como un alineamiento de Chile con Irán y Venezuela o un apoyo al grupo terrorista Hamas, sino como una defensa del Derecho Internacional Humanitario y su respeto en Gaza, reclamo que también ha hecho la Unión Europea y el secretario general de Naciones Unidas.



A casi un mes del inicio de la crisis en Medio Oriente, desatada tras la brutal acción terrorista de Hamas contra Israel que dejó más de 1.400 israelíes muertos, en su gran mayoría civiles, y cerca de 240 rehenes que aún se encuentran retenidos en Gaza, la escalada de violencia está lejos de detenerse. En estas cuatro semanas de conflicto, los muertos ya superan los 10 mil, de los cuales casi 9 mil serían habitantes de la Franja de Gaza, según las autoridades sanitarias de ese territorio. Incluso el director de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, señaló el lunes pasado ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que el 70% de los muertos en la Franja son mujeres y niños. “Lo he dicho muchas veces y lo diré de nuevo: ningún lugar es seguro en Gaza”, declaró, insistiendo que la violencia no solo se centra en ese territorio sino que “otra crisis se está desarrollando en Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este”, donde las muertes de palestinos este año son las más altas desde que Naciones Unidas comenzó a llevar un registro, en 2005.

Frente a este escenario, el martes pasado el Presidente de la República anunció su decisión de llamar a consulta al embajador de Chile en Israel. Se trata de un mecanismo diplomático con el que cuentan los países para expresar la molestia sobre las acciones de un país con el que se mantienen relaciones bilaterales. No se trata de una acción inocua, sino que conlleva evidentes consecuencias en los vínculos diplomáticos que mantiene un Estado y, por ello, la decisión debe adoptarse en casos muy específicos y por razones justificadas y de peso. Chile había tomado anteriormente una decisión similar con Venezuela durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, luego de que el régimen suspendiera las funciones del Parlamento de mayoría opositora. Según la Cancillería, en este caso la medida se tomó por “las inaceptables violaciones al Derecho Internacional Humanitario en que ha incurrido Israel en la Franja de Gaza” y llamó a un cese inmediato de las hostilidades, “lo que permitirá desplegar una operación de apoyo humanitario”.

Ante los acontecimientos observado en los últimos días en Gaza, por la intensidad de los ataques israelíes y el consecuente drama humanitario que la situación ha generado en ese territorio de poco más de 360 km2 y una población que antes del inicio del conflicto bordeada los 2,5 millones, la decisión del Ejecutivo es acertada, más allá de los inevitables costos que puede conllevar en la cooperación que mantiene el país con Israel, en especial en el ámbito de defensa. Sin embargo, esta no puede ser vista, como lo han planteado algunos, incluso el gobierno de Israel, como un respaldo a Hamas o un alineamiento con Venezuela e Irán. El gobierno ha dejado clara su firme condena a los crímenes atroces cometidos por ese grupo terrorista en territorio israelí. Se trata en cambio de una defensa al cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario que a la luz de los acontecimientos en Gaza está siendo violado por las fuerzas israelíes. Una posición mantenida no solo por el secretario general de la ONU sino también por la propia Unión Europea que señaló que “Israel tiene derecho a defenderse, pero conforme al derecho humanitario”.

Más allá del legítimo derecho que tiene Israel -como cualquier otro país que es atacado- para defenderse y proteger a sus habitantes, esto debe hacerse dentro de los márgenes de las normas acordadas por la comunidad internacional. Como dijo el secretario general de Naciones Unidas, “hasta la guerra tiene reglas”. Estas se resumen en el Derecho Internacional Humanitario que busca proteger a la población civil en un conflicto armado. Estas normas han sido violadas abiertamente en este conflicto por los indiscriminados ataques israelíes contra la Franja de Gaza -cerca del 10% de las construcciones en ese territorio habrían sido destruidas-. Incluso Estados Unidos, más allá de su respaldo al derecho de Israel a defenderse de los ataques de Hamas, ha advertido que sus acciones en la franja y la consecuente catástrofe humanitaria pueden erosionar su apoyo internacional. Por ello, más que una división entre los partidarios de Hamas, alineados con Irán o Venezuela y quienes apoyan a Israel, la línea debe ser trazada por la defensa o no del Derecho Internacional Humanitario.

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