Los costos no económicos de las cuarentenas

maltrato


Por Alexandre Janiak, profesor asociado del Instituto de Economía UC, y Tomás Rau, profesor asociado y director del Instituto de Economía UC

Las cuarentenas han tenido el objetivo de aliviar la sobrecarga en atenciones hospitalarias, pero han producido además efectos no deseados para nuestra salud. El Center for Disease Control and Prevention (CDC), una agencia que toma acciones para limitar los riesgos de salud pública en Estados Unidos, documentó un aumento en la incidencia de varias enfermedades que coincide con el periodo de cuarentena, como un aumento en los síntomas relacionados con ansiedad o depresión, o incluso un mayor número de suicidios.

El efecto del confinamiento sobre la salud mental documentado por el CDC corresponde a un efecto directo del confinamiento en la salud mental. Sin embargo, existen otros efectos no despreciables asociados a las cuarentenas que se deben considerar a la hora de evaluar este tipo de políticas.

Un primer ejemplo es el trabajo de Baron, Goldstein y Wallace en el Journal of Public Economics que analiza el impacto del cierre de las escuelas en Florida sobre el maltrato infantil. Documentan que, dado que los profesores y el personal de las escuelas suelen ser los primeros en denunciar el maltrato infantil, en el periodo de cierre de las escuelas se observó una caída de un 27% de este tipo de denuncias. Sin duda que esto no debe interpretarse como una caída en los episodios de maltrato infantil, sino que a un aumento en el subrreporte que no hace más que empeorar el problema.

Un segundo ejemplo relacionado al anterior son los episodios de violencia contra la mujer. De acuerdo con ONU Mujeres, la violencia en el hogar contra las mujeres se ha intensificado con la pandemia. En Chile, la cifra total de llamados registrados por el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género por violencia intrafamiliar aumentó casi un 150% en 2020. Pero la tasa de denuncias formales cayó casi un 7%. Al igual que el ejemplo anterior, el subreporte probablemente inducido por la pandemia dadas las dificultades de denunciar presencialmente estarían detrás de estas contradictorias y preocupantes cifras.

Un tercer ejemplo es el estudio de Cronin y Evans de la Universidad de Notre Dame sobre el impacto del aislamiento sobre los fallecimientos en residencias de ancianos. Los autores muestran que en las instituciones que aplicaron el aislamiento de manera rigurosa pudieron limitar las muertes por Covid, pero a la vez se incrementaron de manera significativa las muertes relacionadas con otras causas, principalmente Alzheimer. Desafortunadamente, estas políticas de aislamiento produjeron más muertes de lo esperado en condados donde el Covid no fue un problema de salud primordial.

Las cuarentenas tienen beneficios, pero también costos y sobre todo no económicos, muy difíciles de cuantificar. De todos depende que el confinamiento no siga endureciéndose como en las últimas semanas dado el empeoramiento de las cifras de contagio.