Luces y sombras de farandulizar los directorios
El directorio es un ente dinámico, y que debe ir adaptándose y adelantándose a los cambios del entorno y la sociedad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que hay ciertos estándares mínimos que se requieren para mantener la relevancia del gobierno corporativo.
Hace algunas semanas, el Wall Street Journal publicó un artículo sobre la tendencia de empresas como Papa John’s, de incorporar a rostros famosos en sus directorios.
Una realidad que va en línea con lo que se exige a los gobiernos corporativos en la actualidad: una mayor diversidad de perfiles y, especialmente, una visión de la sociedad, de los cambios que esta está experimentando y del rol que las organizaciones cumplen dentro de ella.
Es por eso que compañías como SurveyMonkey y otras han reclutado nombres como Serena Williams, Oprah Winfrey y estrellas del deporte como Shaquille O’Neal buscando ese factor de diversidad y –en segundo plano- una declaración de principios muy atractiva desde el punto de vista del marketing y la imagen.
Este último punto es especialmente importante a tener en cuenta, y el que plantea el desafío de considerar las luces y sombras de “farandulizar” los directorios.
Si se incorporan rostros conocidos a un directorio teniendo como objetivo principal el marketing o la publicidad se corre el riesgo de banalizar una instancia clave para el rumbo y la sostenibilidad del negocio, así como también de difuminar el límite entre ser rostro de o director. Ambos roles importantes, pero completamente diferentes en cuanto a su conformación y aporte al desarrollo y crecimiento de la organización.
El ejemplo de la estrella de pop Ciara Wilson que plantea el Wall Street Journal es digno de tener en cuenta. Wilson –quien recientemente fue nombrada como miembro del consejo de la compañía de tecnología de marketing Seattle Amperity Inc. y es directora en otras compañías abiertas en bolsa- se ha dedicado a la alta dirección asistiendo a cursos en la Escuela de Negocios de Harvard y especializándose en sobre el negocio de las respectivas empresas en las que participa.
El directorio es un ente dinámico, y que debe ir adaptándose y adelantándose a los cambios del entorno y la sociedad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que hay ciertos estándares mínimos que se requieren para mantener la relevancia del gobierno corporativo como la instancia donde se analizan los ejes estratégicos como el financiero, comercial, legal y reputacional (entre otros). Más aún, es donde se analizan escenarios y se toman decisiones clave para el futuro de una empresa, y donde descansa gran parte de la confianza de los accionistas y/o inversionistas.
Lo anterior no implica que tener nombres conocidos sea en sí motivo de cuestionamiento. Lo importante es no perder de vista que, independiente de ello, hay ciertos requisitos mínimos que cumplir para que el director pueda generar un valor real para el crecimiento y sostenibilidad a largo plazo de la empresa.