Menor presencia policial en regiones

Carabineros

Al igual que en la Región Metropolitana, en el resto del país también se observa una caída en el número de carabineros destinados a labores de patrullaje, lo que reviste un grave problema justo cuando la delincuencia es la mayor preocupación ciudadana.



Justo en momentos en que la ciudadanía reclama una mayor presencia de carabineros en las calles, las cifras indican que dicha aspiración se ve frustrada en numerosas zonas del país, lo que incluso ocurre en algunas localidades fuertemente afectadas por la delincuencia o la presencia del narcotráfico.

Este medio ya había informado que, según documentos internos de la policía uniformada, entre el primer semestre de 2019 e igual periodo de 2022 se registró una caída de 27% en el número de policías disponibles para realizar servicios de patrullaje en las 49 comunas de la Región Metropolitana que cuentan con plan cuadrante. En una nueva entrega, se dio cuenta esta vez que el fenómeno también se repite en el resto de las regiones, si bien algo menos acentuado que la RM. De este modo, en las 101 comunas que cuentan con plan cuadrante se observa en el mismo periodo una caída promedio de 20% en la presencia policial.

A la luz de estas cifras, se aprecia, por ejemplo, que la comuna de Curanilahue es la que presenta menor presencia policial en todo el país, la que ha visto una reducción de 75% en el número de funcionarios en estos tres años. Tres comunas de la Región de O’Higgins -Graneros, Machalí y Requínoa- también han experimentado notorias disminuciones, y lo mismo se observa en zonas del Maule. Punta Arenas es también otra de las comunas especialmente afectadas.

Es evidente que cuando el país atraviesa por una situación crítica en cuanto a seguridad y orden público, la menor presencia policial es un factor que afecta directamente la seguridad de la población, y facilita la comisión de delitos. Numerosos alcaldes han hecho ver este problema al gobierno central, y en varios casos han debido improvisar sus propias soluciones ante la falta de respuesta, por ejemplo montando sus propios sistemas de patrullaje.

Pese a que las autoridades han sido requeridas para que entreguen una explicación sobre estos hechos, hasta el momento no se cuenta con una versión satisfactoria. Entre los elementos que estarían incidiendo, al menos en el caso de la RM, se cuentan licencias médicas, vacaciones y renuncias. Desde el Ministerio del Interior se ha indicado someramente que producto de la pandemia los procesos de reclutamiento de Carabineros se vieron afectados, pero que ya estarían retomando la normalidad.

Es fundamental despejar las razones detrás del fenómeno, porque solo de esa forma es posible diseñar las soluciones necesarias para ello. Sin perjuicio de que puede haber aspectos transitorios de gestión que podrían estar afectado el contingente policial, también cabe tener a la vista otras variables que podrían estar sugiriendo problemas más estructurales. Anteriormente se había informado que entre enero y mediados de julio más de 700 funcionarios habían dejado la institución, donde una de las razones que se mencionaba era el cuadro de incertidumbre respecto del futuro de la institución, así como oportunidades en el sector privado. También es un hecho que las labores operativas conllevan ahora un mayor riesgo asociado, producto de la violencia de los delincuentes, todo lo cual hace indispensable que el gobierno y los parlamentarios revisen con detención si hoy en día la carrera policial cuenta con los incentivos suficientes para asegurar no solo la reposición de personal sino también un aumento de dotación. El respaldo político al quehacer de la institución resulta por cierto indispensable, y en ello cuando menos se ha observado un positivo giro desde el gobierno.

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