Narcodesarrollo a la chilena
Deberíamos considerar el cambio del cóndor por un avestruz en el escudo nacional, tantos son los problemas que nos negamos a ver: nuestra deteriorada salud mental, las graves tasas de analfabetismo funcional, carreras universitarias que siguen vendiendo títulos truchos y… la progresiva penetración de los narcos en el país.
Quien crea que el problema narco es meramente de carácter policial, y que bastará con controlar el microtráfico callejero; o bien legalizar las drogas para terminar con el asunto, está… consumiendo éxtasis. Chile ya dejó de ser país terminal de consumo, hoy la droga es una exportación no tradicional, con un activo comercio exterior de insumos y productos sofisticados, como drogas sintéticas. Ahí sí que hemos tenido emprendedores e innovadores de clase mundial.
Es el crimen organizado apropiándose del país; “vendiendo” protección a miles de comercios; traficando armas; apoderándose de centenares de barrios donde coexisten con las instituciones formales como una suerte de Estado paralelo. Corrompen fiscales, policías, alcaldes, parlamentarios y jueces… y si no aceptan la coima, les recuerdan la dirección de su familia o las escuelas de sus hijos y nietos.
Felicito al Presidente por haber impulsado el proyecto de ley contra el crimen organizado, y hago votos porque el Congreso lo tramite con dedicación y profundidad, más que rapidez. Ojalá convoquen a testigos de diversas fuentes: organizaciones de barrio, agencias de inteligencia civil y militar, las policías, especialistas internacionales, todos los que lo han vivido, sufrido y analizado.
No puede ser normal que durante el estallido social haya habido más de doscientos ataques a comisarías, con armamento fuera del alcance de jóvenes manifestantes. Tampoco es creíble que 57 estaciones de Metro hayan sido destruidas por un simple rapto de indignación ciudadana, por legítima que ella haya sido. ¿Quién intentó importar dos containers llenos de armas que fueron interceptados por la Inteligencia Naval en Octubre de 2019? ¿Cuántos más habrán ingresado?
Aunque se aprobara una ley perfecta, es solo el inicio. Se requerirá una policía altamente especializada, dotada de muchos recursos. Asimismo, la médula del asunto no radicará solo en esta ley, sino en ofrecerle a decenas de miles de adolescentes opciones laborales y de estudio más atractivas que convertirse en soldados del narco. Donde sea que haya debilidad en nuestro tejido social, es por ahí que se infiltrará esta infección.
Muchos en la izquierda y la derecha hemos comenzado a soñar con un nuevo modelo de desarrollo, con mayor dignidad para las personas. Pero no bastará con una nueva Constitución, ni tampoco con retomar el crecimiento económico, si no cercenamos a la vez el modelo de narcodesarrollo que amenaza con asentarse definitivamente en Chile, como ya ha ocurrido en otros países de la región. No nos queda mucho tiempo, cada mes que transcurre cae un nuevo barrio en sus manos, y queda atrapada otra autoridad en su telaraña.
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