Planificación para el regreso a clases

QULPUE: Salas de Clases Vacias

Es fundamental que tanto la autoridad como las comunidades escolares comiencen a preparar protocolos para un pronto y a la vez seguro regreso a clases.



En las últimas semanas, las escuelas de algunas comunas del país han ido regresando a las clases presenciales. En el caso de Rapa Nui, primera localidad en volver a las aulas, la iniciativa provino de la propia comunidad que, liderada por su alcalde, solicitó al Ministerio de Educación poder diseñar un plan conjunto que permitiera ir retomando gradualmente las actividades. Aunque en esa comuna la población fue poco golpeada por los contagios, esta experiencia contribuye con la definición y ensayo de los protocolos necesarios para enfrentar lo que viene. Uno de los elementos claves que aquí resalta es el apoyo de las comunidades educativas, incluidas las familias.

El país debe comenzar a preparar un pronto regreso a clases, para lo cual resultará fundamental contar con un buen diseño, eficiente en la protección de la salud -lo que requerirá un fuerte compromiso en el cumplimiento de los protocolos y reglas sanitarias-, y adaptado a la nueva realidad que están viviendo muchas familias. Las complejidades que supone diseñar esta batería de medidas no deben inhibir el objetivo de ir retomando la normalidad. En ese sentido, es muy importante adquirir conciencia del negativo efecto que las cuarentenas prolongadas pueden estar causando en algunos menores, especialmente los más vulnerables; y no solo desde el punto de vista de sus aprendizajes, que es posible se hayan visto disminuidos durante este período, sino que también en el ámbito socioemocional. No hay duda que ahí cabe un deber de la sociedad, respecto del cual la escuela cumple un rol fundamental, pues ya cuenta con mecanismos y protocolos para enfrentar y conducir situaciones de este tipo.

Un criterio que será fundamental para efectos de retomar las clases será la flexibilidad, tanto en los plazos como en la adaptación a cada realidad, lo que permitirá incorporar a las comunidades en el proceso. Aunque a nivel agregado la situación sanitaria ha mejorado en las últimas semanas, aún hay localidades donde los contagios no disminuyen. De igual forma, la experiencia y dificultades de las distintas localidades, así como los recursos, no son los mismos; aquellas comunidades que han sido más afectadas con la enfermedad e incluso han sufrido la pérdida de vidas humanas, requerirán de un mayor plazo de transición y apoyos para poder avanzar.

No será sencillo resolver cómo distribuir a los alumnos en las salas de clases, las que probablemente durante un tiempo solo podrán funcionar con un número limitado de personas. La modalidad de clases alternadas -mezclando modalidad presencial y desde el hogar- podría ser una de las alternativas a explorar.

El regreso a clases tomará un tiempo, pero es necesario iniciar desde ya una reflexión y una planificación que permita diseñar la mejor forma de hacerlo. De igual forma, se tendrá que pensar en medidas de contingencia en caso que ocurran rebrotes, de manera de no frustrar el proceso y retroceder lo avanzado. Si bien serán las condiciones sanitarias las que marquen el paso, es momento de que los sostenedores escolares, públicos y privados, comiencen a conversar con sus comunidades y vayan elaborando, en conjunto también con la autoridad, los planes y protocolos que posibiliten este proceso.

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