Precios del petróleo: ¿Un futuro negro rojo?

Axel Christensen ok

Vemos un mercado mucho más ajustado en la segunda mitad de 2020 y más allá, en gran parte, como resultado de una recuperación de la demanda desde los mínimos del segundo trimestre.



Este lunes los precios de referencia del petróleo de Estados Unidos cayeron a terreno negativo por primera vez en la historia. El contrato de futuros del crudo WTI (West Texas Intermediate), con entrega en mayo y que vence el martes, se negoció al precio inaudito de -$ 40 /barril, cerrando el día en -$ 37/barril.

Un precio de futuros negativo implica una escasez de capacidad de almacenamiento en la ciudad de Cushing, en el estado de Oklahoma, donde se hace la entrega física de los barriles de crudo que están ligados a contratos de futuro. El precio negativo indica que tenedores del contrato -quienes son, en un número importante, inversionistas financieros que no participan del mercado de energía- están pagando a los compradores para que reciban los barriles físicos de petróleo. Este es el resultado de una caída significativa en la demanda mundial de petróleo por la crisis que ha generado la pandemia del Covid-19, ante la incapacidad del suministro para adaptarse de manera rápida, ya que es costoso cerrar un pozo en plena producción. Además, la liquidez de los contratos de crudo suele incrementarse al acercarse la fecha de liquidación, en la medida que los inversionistas financieros que toman posiciones quieren deshacerse de ellos. Esto porque no les interesa recibir los barriles para no registrar una utilidad o pérdida financiera.

Si bien el precio negativo se debe más a una anomalía en la capacidad de almacenamiento que a una caída abrupta a cero del consumo por petróleo, sí deja entrever la difícil situación por la cual pasa esta industria. Estamos frente a un embate doble en la oferta y demanda de petróleo simultáneamente. Recientemente, Arabia Saudita y Rusia aumentaron su oferta de crudo al mismo tiempo que la demanda colapsaba debido al cierre económico del coronavirus. La demanda actual por petróleo en Estados Unidos es de apenas 14 millones de barriles por día, la más baja desde 1968 y un 32% menos que hace un año, más del doble del descenso en la peor semana de la gran crisis financiera de 2008. La demanda de combustible para aviones ha disminuido un 73% en un año. Si bien la OPEP+ (que incluye también a Rusia y México) redujo la oferta hasta en un 10% recientemente, fue muy poco y demasiado tarde para compensar la desaceleración de la demanda.

Estos eventos han puesto la forma de la curva de futuros del WTI en un contacto extremo, por lo que los contratos a corto plazo son más baratos que los que están más lejos. Por ejemplo, el contrato de junio cerró el lunes en $21 /barril, creando la mayor diferencia entre el mes anterior y los contratos del próximo mes (ver cuadro a continuación):

Spread entre primer y segundo contrato WTI, $ por barril, 1985-2020

Axel

Con precios futuros más altos, las expectativas del mercado son que la crisis ocasionada por el coronavirus, eventualmente, seguirá su curso y, más adelante este año, la demanda de petróleo (y, posteriormente, los precios) se recuperará a medida que disminuyan las prohibiciones de viaje y bloqueo económico de la pandemia. Los precios actuales implícitos de WTI son de $35/barril en abril de 2022. Los precios de la variante Brent de crudo, que es la referencia para otras regiones del mundo como Europa y Asia, al tener un número mayor de puntos de entrega, no ha visto el efecto anómalo de precio negativo del WTI, pero sí ha reflejado los temores de la falta de rapidez de que la oferta se ajuste a menor demanda.

No esperamos que disminuya la presión a la baja sobre los precios de Estados Unidos en el corto plazo, y el contrato de junio podría verse sometido a una mayor presión a menos que haya signo de una mejora en el mercado físico en las próximas semanas. Sin embargo, vemos un mercado mucho más ajustado en la segunda mitad de 2020 y más allá, en gran parte, como resultado de una recuperación de la demanda desde los mínimos del segundo trimestre, pero también, debido a los efectos dañinos de los precios débiles, como estamos viendo claramente, ahora tendrán en el suministro no‑OPEP. La grave debilidad del WTI es una señal clara para los productores de Norteamérica de que el suministro debe reducirse rápidamente, con el probable e inminente cierre de la producción.

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