Preocupante aumento de nuevos contagios
Es fundamental reforzar el cumplimiento de las medidas de prevención así como la fiscalización de las cuarentenas, para evitar la ocurrencia de un escenario más adverso.
Los 1.373 nuevos casos de contagio de Covid-19 registrados ayer en el país -el mayor número diario desde que se detectó el primer caso del nuevo coronavirus, a comienzos de marzo- parecen sugerir que el país está entrando en una nueva fase de la pandemia, sin que ello se haya traducido por ahora en un incremento en el número de fallecidos. Los registros no dejan de llamar la atención, considerando que hasta fines de abril se venían registrando del orden de 500 nuevos casos diarios, y en apenas 24 horas la cifra escaló a más de 800 contagiados, para luego saltar a más de mil.
Conforme han señalado las autoridades, entre los factores que explican este aumento figuran el incremento de los test diarios así como testeos a contactos cercanos de quienes han dado positivo, confirmando que existe un alto porcentaje de personas que adquieren el virus -y por lo tanto con capacidad de contagiar a otros- pero que no desarrollan síntomas, lo que aporta nuevas luces para entender el comportamiento del virus y sus mecanismos de transmisión. Los datos también parecen confirmar que aún no están las condiciones para una pronta “normalidad”, proceso que solo podría comenzar a ocurrir cuando los contagios muestren una tendencia persistente a la baja.
Naturalmente es satisfactorio que la autoridad esté aumentando la realización de test diarios, porque ello permite sincerar mejor la realidad epidemiológica del país, y de esa forma orientar mejor las políticas para contener la pandemia. El cuadro parece indicar que el virus está en plena expansión -si bien no de una forma descontrolada, ya que sobre el 80% de los nuevos contagios se ha producido en la Región Metropolitana-, donde los casos activos nuevamente han superado al número de personas recuperadas. Y aunque resulta arriesgado intentar anticipar cuál será la curva de evolución, si las tendencias se mantienen no podría descartarse un escenario más severo en cuanto a contagios y por tanto que coloque mayor presión sobre las capacidades del sistema de salud. Actualmente existen zonas donde el número de camas UCI están prácticamente a plena capacidad -en buena medida producto de pacientes Covid-19-, por lo que resulta crítico extremar las medidas de prevención para impedir la ocurrencia de un escenario menos benigno.
En ese sentido, ha sido manifiesto que hábitos fundamentales como el distanciamiento social han tendido a relajarse, y es preocupante que existan localidades donde el cumplimiento de la cuarentena continúe siendo laxo. La multitudinaria fiesta clandestina en la comuna de Maipú, así como el excesivo uso de permisos para trámites durante las cuarentenas, son señales poco auspiciosas que requieren ser corregidas. En ello cabe un llamado de atención a la propia ciudadanía, que debe internalizar los riesgos de esta pandemia y actuar responsablemente frente a ello. Parece un hecho que en esta laxitud también han incidido políticas de fiscalización poco estrictas, y sin mayores sanciones para sus infractores. Es fundamental que la autoridad juegue aquí un rol más activo, lo que compromete no solo al gobierno, sino también a los alcaldes, policías y también a la autoridad militar en virtud del estado de catástrofe.
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