Problemas en Ministerio de las Culturas

Fachada del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en Valparaiso

Las constantes polémicas en que se ha visto envuelto este ministerio bajo este gobierno han llevado a que su rol haya sido muy cuestionado, revelando problemas que se arrastran desde hace tiempo y que exigen cambios en la forma de gestión.



Debido a la cercanía que el Presidente Gabriel Boric tiene con el mundo de la cultura, se esperaba que el ministerio a cargo del fomento de este tipo de políticas fuese un motor fundamental, pero los constantes problemas en que se ha visto envuelta esta institución han dado como resultado una deslucida gestión, defraudando las expectativas.

Por de pronto, ya resulta llamativo que apenas cumplido un año de gestión la ministra Julieta Brodsky haya tenido que ser removida, donde parece haber coincidencia en que los problemas internos al interior de la institución -hubo extensos paros de funcionarios-, la falta de un titular en el Consejo del Libro y otras dificultades gatillaron su pronta salida. Bajo la gestión de Brodsky tuvo lugar la participación de Chile en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (Filba), donde lo que debió haber sido un evento para lucir ante todo la producción literaria nacional, en cambio se privilegió un polémico “relato”, con los conflictos que cruzan a la ciudad de Santiago y al país. Aun cuando el ministerio hace una favorable evaluación de la participación del país en dicha feria, en el mundo editorial y de escritores en general la mirada es diametralmente opuesta, pues hay coincidencia en el bajo impacto que tuvo nuestra participación. Es decir, fue una oportunidad perdida.

Se esperaba que la llegada del ministro Jaime de Aguirre a dicha cartera pudiera imprimir mayor gestión y dinamismo, pero ello por lo visto tampoco está ocurriendo. Nuevamente se han reactivado los paros de funcionarios -luego de un mes de paralizaciones, uno de los sindicatos depuso las movilizaciones, pero el otro continúa en paro-, a los que se han sumado los integrantes del Bafona. Pero ciertamente ha sido la negativa del Ministerio a aceptar la invitación que extendió la Feria del Libro de Frankfurt para que Chile fuera el país de honor en 2025 lo que terminó colmando la paciencia. Hay coincidencia en que haber desechado esta oportunidad constituye un grave error por parte de las autoridades chilenas, considerando que en su tipo es la feria más importante del planeta.

El ministro justificó la decisión en el considerable monto que habría que haber invertido para satisfacer los requerimientos de Frankfurt, recursos muy necesarios para desarrollar el ecosistema del libro en Chile. Lo cierto es que se trató de una decisión encapsulada, que ni siquiera fue informada al Presidente de la República. El Mandatario no compartió esta decisión y pidió hacer gestiones para revertirla. No hay claridad de lo que se está haciendo en este momento para estos fines, pero tal como lo dejó entrever la subsecretaria de las Culturas y las Artes en entrevista con este medio, las gestiones se siguen desarrollando a un nivel muy cupular, pues ella no está al tanto.

Desde que se constituyó el Ministerio en 2018, queda la impresión de que los logros de esta repartición han sido escasos, y las denuncias de los propios funcionarios por amiguismo o la contratación de enormes cantidades de asesores sin mayor justificación han sido la tónica, sin que hasta ahora se haya logrado sacar al ministerio de estas polémicas.

El Presidente Boric ha ratificado su compromiso de que el 1% del presupuesto nacional sea destinado a cultura. Sin duda que los recursos son fundamentales para el desarrollo de las artes, la lectura, la música y otras disciplinas, pero antes que seguir aumentando los fondos públicos primero se requiere un profundo cambio en la gestión de este ministerio.

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