¿Punto de inflexión?
Aunque las perspectivas para el próximo ejercicio parecieran delinear un escenario de mayor crecimiento, inflación contenida y elevado estímulo monetario, lo que suele asociarse a períodos de altas rentabilidades en los indicadores activos accionarios, de corto plazo aún quedan desafíos por resolver.
El mes de noviembre ha estado cargado de noticias que han terminado por generar un ambiente favorable para diversos activos de mercado: los indicadores accionarios de plazas desarrolladas y emergentes registraron un fuerte avance, los precios de materias primas han comenzado a retornar a los niveles alcanzados en agosto y las monedas de países en desarrollo han presentado una importante apreciación. Dicha evidencia daría a entender que los activos de inversión comienzan a incorporar un escenario más benigno de cara al año 2021, tras los impactos ocasionados por la pandemia durante el ejercicio actual.
En primer lugar, los resultados parciales de las elecciones presidenciales y parlamentarias en EE.UU. han sido recibidas de buena forma por los inversionistas. Esto, en la medida que el mercado prevé que Joe Biden podría establecer relaciones internacionales con mayor diplomacia que su contendor Donald Trump. Además, si bien aún no conocemos los resultados finales en lo que respecta al Congreso, las encuestas apuntan a que la mayoría republicana prevalecería en el Senado, impidiendo de paso un incremento de impuestos al sector privado y una regulación más estricta a sectores que requieran el apoyo del parlamento para ser implementada.
Por otro lado, las noticias en torno a una vacuna contra el Coronavirus avanzan, en la medida que las compañías farmacéuticas Pfizer y BioNTech han anunciado buenos resultados en sus testeos, con un 90% de evaluaciones favorables en las pruebas realizadas. Si bien dicho número puede variar en la medida que los estudios continúan, la cifra en sí misma es bastante alentadora ya que superaría incluso aquellas vacunas existentes para la tuberculosis, fiebre amarilla o parotiditis.
Así, la pregunta que cabe responder en este momento es si efectivamente nos encontramos en un punto de inflexión que permita generar una tracción más persistente sobre las valorizaciones de los mercados globales, más allá de la abrupta moderación en la percepción de riesgo que sustentó los retornos durante el segundo cuatrimestre del presente año.
Aunque las perspectivas para el próximo ejercicio parecieran delinear un escenario de mayor crecimiento, inflación contenida y elevado estímulo monetario, lo que suele asociarse a períodos de altas rentabilidades en los indicadores activos accionarios, de corto plazo aún quedan desafíos por resolver. El primero de ellos tiene relación con la segunda ola de contagios por Covid-19 que comienzan a enfrentar los países del hemisferio norte. Es cierto que existen avances en cuanto a una vacuna contra la enfermedad y que la probabilidad de que conozcamos hacia los primeros meses del año 2021 buenas noticias en esta materia es alta, sin embargo, también existen desafíos en cuanto a producción masiva, transporte y administración de las mismas, lo que llevaría a que sólo hacia fines de dicho año pueda ser disponibilizada de manera generalizada, tal como revelan las encuestas anuales del Banco Mundial y el FMI de sus encuentros del pasado mes de octubre. Así, el avance de la enfermedad en regiones como Europa podría volver a impactar la actividad en el corto plazo, destacando incluso que el consenso ya estima que el PIB de la Zona Euro podría volver a registrar una caída en el 4Q20.
Además, recordemos que la situación económica actual es delicada, siendo más que necesario el apoyo de política monetaria y de estímulos fiscales. En esta línea, nada se conoce aún de las renovaciones de los programas de apoyo gubernamental ya expirados en EE.UU., en donde se sigue debatiendo con bastante incertidumbre el monto y momento en que estos volverán a ser implementados. Por último, en este mismo país, si bien es altamente probable que el partido republicano consiga alcanzar una mayoría en el Senado, de conocer una victoria demócrata, los temores en torno a mayores impuestos y regulaciones sectoriales podría terminar por afectar a sus mercados accionarios.
Aunque aún existen desafíos para los mercados en lo que resta de este año, de conocer noticias favorables en materia de una cura contra la enfermedad, el escenario mencionado comenzaría a cimentar las bases para enfrentar un escenario más propicio para el año entrante. Más importante aún, y a diferencia de lo observado durante la administración de Donald Trump, los activos se verían favorecidos en este nuevo escenario serían aquellos situados fuera de EE.UU.