Para la crisis Subprime de 2008, Bernanke y la Fed desplegaron, lo que era hasta ese momento, el mayor estímulo monetario de la era moderna, a lo que se le sumaron otros bancos centrales. Pero lo hecho por Bernanke, por su magnitud y alcance, fue conocido como el “helicóptero del dinero”, el “helicóptero Ben”.

Sin embargo, la Gran Recesión, fue causada por un problema sistémico en el sistema financiero de EE.UU., y la crisis que estamos viviendo, hasta el momento, no tiene un carácter sistémico. Las proyecciones más favorables hablan de un rápido repunte en la actividad mundial, ya que no hay que afrontar el quiebre sistémico de un sector de la economía. Pero para que esta crisis no nos deje en el camino un problema como este, es necesario abrir la mente y expandir las políticas a donde quizás antes no habían llegado.

En general, los grandes bancos centrales del mundo se encuentran entregando liquidez en sus monedas locales y en dólares de manera sustancial. Los que pueden, han disminuido de manera agresiva sus tasas de referencia. Incluso, los más audaces como la Fed y el Banco Central Europeo (BCE), han anunciado programa de compra ilimitada de activos. Todo en un gran esfuerzo por mantener flotando al sistema financiero y a la economía. El Banco Central de Chile (BCCh), no se ha quedado atrás, ya ha disminuido la TPM de manera agresiva y entregada liquidez al mercado como nunca antes lo habría hecho.

Por otro lado, los gobiernos están preparando sus mejores armas. EE.UU. ya aprobó el paquete de estímulo más grande de la historia de US$ 2.000bn., cercano al 10% del PIB. Mientras que Lagarde, la presidenta del BCE, señaló que es momento de gastar en cada país de su región y Alemania se encuentra listo para abrir la billetera por cerca de € 150bn. (4% del PIB). Chile también anunció un monto significativo US$ 11.750 millones, que equivale al 4,7% del PIB.

Tanto la política fiscal como monetaria, de manera coordinada, están entregando casi su máximo esfuerzo.

Esta es una crisis distinta, no es sistémica, pero se podría convertir en una si los esfuerzos no son bien conducidos. El “helicóptero 2020” debe ser más enfocado, así todo el esfuerzo llega donde realmente se necesita que se dirija, de manera más específica a los sectores que han sido más golpeados. Y Chile no es la excepción. Si bien gran parte de las medidas fiscales están focalizadas a las PYMES, es necesario hacer una diferenciación entre los distintos sectores y entregar la flexibilidad necesaria a aquellos que se vean más golpeados. Una eficiente política macroeconómica es cuando la bajada microeconómica se realiza de forma desigual y para esto es necesario hacer un levantamiento detallado. Los chinos ya lo hicieron durante la guerra comercial con EE.UU., el estímulo iba dirigido al sector exportador y al sector manufacturero.

El BCCh está jugando su papel de entregar financiamiento a menores costos, pero no tiene las herramientas para hacer políticas diferenciadas entre empresas. El Gobierno si, y va por buen camino, aunque aún queda espacio de perfeccionamiento.

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