Se profundiza el deterioro del mercado laboral

Construccion

Resulta preocupante la ausencia de medidas para revertir este cuadro, sobre todo cuando las perspectivas para la creación de empleos se prevén más sombrías.



La tasa de desocupación volvió a sorprender al mercado al registrar en el trimestre agosto-octubre un 8,9%, un alza de 0,9 puntos porcentuales en relación a igual trimestre del año 2022, completando un año de alzas interanuales. Al revisar la serie desestacionalizada, el desempleo del último trimestre alcanzó su nivel más alto desde mediados de 2021. Una situación más compleja es la que experimenta la Región Metropolitana, cuyo nivel de desocupación llegó a 9,8%, a solo pasos de alcanzar los dos dígitos.

Uno de los factores que explica este débil desempeño del mercado laboral es la baja creación de nuevos empleos en el periodo pospandemia. Es interesante notar que todavía no logramos recuperar el número de ocupados que exhibía la economía en febrero de 2020 y, siendo más exigentes, si queremos igualar la tasa de empleo -número de ocupados en relación a la población en edad de trabajar- registrada antes de la crisis sanitaria se deberían crear unos 420 mil puestos de trabajo adicionales.

Pese a que en términos anuales la generación de empleo total (+184 mil puestos de trabajo) ha estado apuntalada por los asalariados privados (+88 mil) por sobre los asalariados públicos (+85 mil) y los empleos por cuenta propia (+17 mil), en el margen la situación es más preocupante. El último trimestre registra una caída de los asalariados privados (-5 mil en relación al trimestre terminado en septiembre), mientras los empleos públicos y por cuenta propia siguen su tendencia alcista.

Las expectativas de revertir este escenario en el corto plazo son acotadas. La economía chilena anotará este año un crecimiento nulo y el 2024 las perspectivas apuntan a una expansión mediocre en un rango entre 1,5% y 2%. Los sectores intensivos en empleo, por su parte, arrojan señales preocupantes. Tanto el comercio, la construcción y los servicios están registrando caídas en sus niveles de actividad y no se espera un cambio en el corto plazo, de acuerdo a los indicadores que anticipan su desempeño.

Esta emergencia laboral fue debidamente anticipada tanto por economistas como por expertos, pero hasta el momento no parece haber sido debidamente aquilatada por las autoridades económicas. En contraste, los proyectos de ley y las decisiones que ha impulsado esta administración van en el sentido opuesto a revertir este preocupante desempeño del empleo. La reducción de la jornada laboral a 40 horas, el aumento del salario mínimo a $500 mil y, más recientemente, un proyecto de conciliación de vida familiar y laboral, que en la práctica podría crear desincentivos para la contratación de personas a cargo de cuidados de niños o discapacitados, son algunos ejemplos de iniciativas bien intencionadas, pero que lamentablemente podrían tener impactos negativos adicionales en el mercado laboral en los próximos meses.

La parálisis de medidas procrecimiento y la falta de atención con que algunas autoridades abordan este inquietante escenario es la antesala de mayores niveles de desempleo, los que se harán evidentes apenas desaparezcan los efectos estacionales de verano.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.