Tensa campaña electoral argentina
Las distintas coaliciones trasandinas iniciaron su carrera hacia las primarias para definir sus cartas presidenciales en medio de fuertes tensiones internas, que pueden marcar el desenlace final.
Desde que en 2009 el gobierno de Cristina Fernández creara en Argentina las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), nunca las principales coaliciones en disputa habían llegado a esa instancia con más de un candidato. Esos comicios se convertían así en una suerte de ensayo general de las elecciones presidenciales de octubre y permiten medir fuerzas. Este 13 de agosto, sin embargo, cuando se lleven a cabo las PASO de este año, la situación será distinta. Por primera vez las coaliciones mayoritarias -de acuerdo con lo que pronostican las encuestas- deberán elegir su carta presidencial ese día. De los tres movimientos que lideran los sondeos de opinión, solo La Libertad Avanza de Javier Milei no tendrá competencia interna. En los otros dos, las papeletas mostrarán más de un nombre.
Es cierto que la situación en la coalición opositora Juntos por el Cambio y en la oficialista Unión por la Patria es muy distinta, pero el hecho de que no haya un solo nombre da cuenta de las tensiones internas que atraviesan ambos grupos y cuyo desenlace aún es difícil de prever y podría tener repercusiones en el resultado final de las elecciones presidenciales de octubre. En el oficialismo, las frenéticas horas vividas a fines de la semana pasada, en vísperas del vencimiento del plazo para la inscripción de los candidatos, dejó más de un herido en el camino y marcó un duro golpe para el kirchnerismo, que no logró imponer su candidato, el actual ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, cediendo a la opción de Sergio Massa. El ministro de Economía logró sacar del tablero también al exvicepresidente Daniel Scioli, pero no pudo marginar al candidato del Frente Patria Grande, Juan Grabois.
La opción de Massa está lejos de ser la preferida de Cristina Fernández y de La Cámpora, el grupo liderado por su hijo Máximo Kirchner. Su trayectoria política y su posición frente al FMI lo ha alejado de esos sectores. Por ello, si bien cuenta con el apoyo de los principales gobernadores peronistas, Massa podría perder respaldo de votantes kirchneristas a manos de su rival en las PASO, que si bien actualmente no representa una amenaza real a su opción de ser el candidato elegido, sí podría dejarlo golpeado. Massa lidera hoy en ese sector, con 24,1% frente a solo un 5% de Grabois. De alcanzar ese porcentaje, además, el actual ministro de Economía podría alzarse el 13 de agosto próximo como el candidato más votado, pese a que su lista no lograra la mayoría. Un hecho que podría aprovechar de cara a octubre, aunque mucho dependerá de su manejo de la crisis económica y de una inflación que ya supera el 110% anual.
Pero si en el oficialismo la consagración de Massa como el principal candidato generó tensiones y muchos no descartan un éxodo de votantes hacia otras opciones, el panorama en la oposición es incluso más complejo. Pese a que Juntos por el Cambio hoy lidera como coalición todas las encuestas y cualquiera sea la carta de ese sector aparece como favorita para llegar a la Presidencia, algunos advierten del riesgo que la campaña interna por la nominación entre Horacio Rodríguez Larreta -quien hoy aparece segundo en la alianza, con el 16,5% de los votos- y Patricia Bullrich -que lidera las preferencias, con 17,3%- termine perjudicando al sector, porque la estrecha diferencia entre ambos adelanta una férrea campaña interna. Sin embargo, los términos en que ésta se lleve a cabo pueden ser decisivos para las opciones del sector en las elecciones de octubre próximo.
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