Tensas negociaciones entre gobierno y oposición
El hecho de que se retome el diálogo político no implica que las reformas del gobierno se deban aprobar sin ningún tipo de condiciones. Con todo, es importante que pronto se den señales ante la ciudadanía de que un acuerdo va avanzando.
Los partidos de Chile Vamos y el gobierno sostuvieron ayer un encuentro en La Moneda -el cual estuvo encabezado por el Presidente de la República-, cuyo objetivo era limar asperezas con el fin de comenzar a impulsar la agenda legislativa. De acuerdo con la versión de los asistentes, la reunión fue “dura”, “tensa”, donde ambas partes se sinceraron respecto de una serie de materias. Es probable que a partir de este encuentro las fuertes diferencias que han cruzado la relación entre ambas fuerzas se mantengan, pero cuando menos es un avance que se haya expresado la intención de repetir esta jornada.
La reunión en La Moneda ha estado precedida de la renuncia al gabinete por parte del exministro Giorgio Jackson, una condición que parte de la oposición había puesto para volver a retomar las negociaciones en reformas como el pacto fiscal que pretende el gobierno, o la reforma previsional. Ello en atención a que desde Chile Vamos se buscaba hacer exigible alguna responsabilidad política al más alto nivel ante el escándalo que ha significado el “Caso Convenios”.
La salida de Jackson ha sido aprovechada por representantes del oficialismo para señalar que ahora Chile Vamos “no tiene excusas” para justificar su ausencia de la mesa de negociaciones, y que el país no entendería que frente a estas importantes reformas la oposición siguiera en una actitud de bloqueo o empecinamiento con hacer valer sus propios puntos de vista.
No hay duda de que el diálogo político resulta fundamental, y es un hecho que el ambiente se ha crispado en forma importante, especialmente luego de que estallara el escándalo de las fundaciones. En ese contexto, resulta fundamental que las fuerzas de oposición y gobierno busquen tender puentes, donde la flexibilización de posturas es un requisito fundamental para avanzar en cualquier acuerdo. Sin embargo, la afirmación de que “no hay excusas” para avanzar en las reformas tampoco debe entenderse como la pretensión de que ahora solo resta poner la firma a las reformas o que la oposición debe allanarse sin más a los términos que fije el gobierno. En realidad, el paso que se dio ayer es solo un intento para comenzar a construir los acuerdos, lo que no implica que las partes sigan defendiendo determinadas condiciones para alcanzarlos. Dentro de ese marco, es valioso que la oposición se haya abierto a conversar sobre pacto fiscal y pensiones, a cambio de que el gobierno se comprometa a hablar de determinados temas que interesan a dicho bloque, como seguridad, probidad y salud.
Es importante que gobierno y oposición pongan su mejor esfuerzo para lograr que las reformas se destraben. Difícilmente la ciudadanía toleraría que aspiraciones como un mejoramiento de las pensiones, cerrar las brechas que permiten la evasión de impuestos o abordar en forma decidida las listas de espera en la salud pública, sigan dilatándose en el tiempo producto de disputas políticas. Queda la impresión de que en esta primera reunión las posturas siguen bastante cerradas en algunos aspectos fundamentales, lo que anticipa que llegar a un entendimiento no será sencillo; sin embargo, es imperioso dar señales pronto de que se va encaminando un posible acuerdo.
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