Una oportunidad para el diálogo en La Araucanía
Es una señal valiosa que se haya constituido una comisión para tratar las demandas históricas del pueblo mapuche, la que tiene ahora la responsabilidad de zanjar apropiadamente una materia tan delicada como la restitución de tierras.
El establecimiento de la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento, con la cual se pretende buscar soluciones a una serie de complejas temáticas relativas al pueblo mapuche -especialmente en lo que toca a la restitución de tierras- ha sido un buen primer paso para iniciar un proceso de diálogo en una zona donde la violencia es la que se ha tomado completamente la agenda.
Con el establecimiento de esta comisión se da cumplimiento a un compromiso que había adoptado el Presidente Gabriel Boric durante el año pasado; la buena recepción que en general ha tenido la conformación de esta instancia abre una luz de esperanza de que en esta oportunidad sea posible impulsar una verdadera agenda de entendimiento. La comisión será presidida por el exministro de Desarrollo Social y excanciller, Alfredo Moreno, y el senador de la Democracia Cristiana Francisco Huenchumilla. Además, será integrada por otras personalidades con fuerte arraigo en La Araucanía, donde figuran parlamentarios de distinto signo y figuras ligadas a la actividad gremial.
La conformación de comisiones que buscan abordar los problemas relacionados con el conflicto indígena ha sido una constante desde el retorno a la democracia, donde la primera fue la Comisión Especial para Pueblos Indígenas bajo el gobierno de Patricio Aylwin. Y a pesar de los avances que se han registrado en todos estos años, ninguna de estas iniciativas ha logrado sentar una solución más definitiva. Lamentablemente la violencia que comenzó a asentarse en la zona, con tomas de tierras por parte de grupos indígenas y luego ataques incendiarios que con el paso del tiempo han ido mutando hacia hechos de carácter terrorista, han amagado todos los esfuerzos de diálogo. Que La Araucanía lleve más de un año bajo estado de excepción constitucional es la prueba más elocuente de cómo los grupos violentistas se han encargado de boicotear los esfuerzos de paz, y la necesidad de recuperarlos.
El combate frontal contra el terrorismo no podrá relajarse -a estas alturas es improbable que los grupos que buscan sembrar el terror estén por las vías institucionales, tal como lo acaba de demostrar un comunicado de la CAM, que rechazó de plano este nuevo esfuerzo-, pero es una buena señal que en paralelo las fuerzas que están por el diálogo y el entendimiento -donde sin duda se cuenta la mayor parte del pueblo mapuche- puedan volver a encontrarse para encontrar salidas definitivas.
Si bien todos los aspectos que tratará esta comisión son relevantes, lo relativo a la restitución de tierras probablemente es el punto más medular. Es un hecho que esta materia ha sido objeto de fuertes discrepancias, pues hay sectores que estiman que las más de 200 mil hectáreas que la Conadi ha entregado en virtud de la Ley Indígena apenas constituyen una fracción de las reivindicaciones históricas. Es fundamental entonces que uno de los puntos que quede bien despejado es qué zonas se pretenden entregar. Puesto que a la fecha no existe un catastro definitivo sobre los territorios susceptibles de restitución, lo probable es que se utilice como base aquellos territorios que forman parte de los títulos de merced, instrumentos que fueron emitidos por el Estado en el siglo XIX y parte del XX para reconocer derechos de propiedad de miembros del pueblo mapuche. Son casi tres mil títulos, representando más de medio millón de hectáreas, varios de los cuales abarcan asentamientos densamente poblados, incluso pueblos o parte de ciudades. Esto exige que dicha materia sea tratada con el debido realismo.
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