Vacunar: Nuestra elección

FILE - In this Dec. 14, 2020, file photo, a vial of the Pfizer-BioNTech COVID-19 vaccine is drawn into a syringe at the University of Iowa Stead Family Children's Hospital in Iowa City, Iowa. As the nation's COVID-19 vaccination campaign accelerates, governors, public health directors and committees advising them are holding key discussions behind closed doors, including debates about who should be eligible for the shots and how to best distribute them. (Joseph Cress/Iowa City Press-Citizen via AP, File)


En diversas oportunidades, hemos manifestado la relevancia de las vacunas como estrategia para prevenir complicaciones en la salud de las personas mayores. Vacunas contra la Influenza y el Neumococo, han prevenido múltiples hospitalizaciones y muertes de personas mayores, en particular de aquellas más frágiles.

Hoy nos vemos enfrentados ante un cuadro viral el cual no solo se ha propagado alrededor del mundo, sino que también ha planteado un desafío a los sistemas sanitarios de cada país y un impacto individual, económico y social que ha modificado la vida para todos y todas. Con la rapidez que este virus se ha expandido, también han surgido estrategias que han ido mostrando su efecto en forma progresiva, y singularmente la celeridad con que se han producido vacunas por distintos laboratorios a nivel mundial, y que han abierto una esperanza para poder superar la crisis sanitaria que hemos vivido cerca de un año.

Las vacunas hoy en día desarrolladas, independiente de su origen, tienen un objetivo de evitar que pacientes que se contagien del virus, lleguen a hospitalizarse, en especial en las unidades de cuidados críticos, y obviamente el riesgo de desfuncionalización y fallecimiento.

En la actualidad, en nuestro país, se han aprobado las vacunas de Pfizer, Sinovac y Astrazeneca, y más allá de las especificidades de cada una, su objetivo es claro: Prevenir que tengamos personas que se puedan complicar al contagiarse con el virus y evitar lleguen a hospitalizarse y fallecer. Obviamente la seguridad es relevante, y hasta ahora, los preliminares estudios han mostrado síntomas menores luego de la aplicación, siendo similares al resto de las edades, pero sin situaciones más complejas que superen al beneficio que traen consigo.

Por lo anterior, como Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile invitamos a la comunidad y en especial a las personas mayores, que se inoculen, con cualquiera de las vacunas disponibles y prevengamos sus complicaciones, sin descuidar las medidas de prevención: Uso de mascarilla, lavado de manos y distanciamiento físico.

*Director y Presidente Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile

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