Valiosa reforma para facilitar acuerdos constitucionales
El que se haya logrado un muy amplio consenso político para reducir los quórums de reforma en la actual Constitución a 4/7 no solo facilita el camino de reformas en caso de que triunfe el Rechazo, sino que reivindica el rol del Congreso como instancia de grandes acuerdos.
Con la publicación en el Diario Oficial de la ley que modifica los quórums de reforma de la actual Constitución, unificando en los 4/7, se ha dado un paso muy relevante para el país, tanto como señal política de cara al proceso constituyente, como al rol que el Congreso está llamado a desempeñar en nuestra institucionalidad.
Se trata de una reforma que fue tramitada en un tiempo muy acotado -moción cuya autoría pertenece a los senadores DC Ximena Rincón, Matías Walker e Iván Flores, además del independiente Pedro Araya-, pero que aun así logró un amplísimo respaldo tanto en el Senado como en la Cámara de Diputadas y Diputados, revistiéndose de una transversalidad pocas veces vista.
Desde luego, no fue una propuesta que despertara inmediato consenso, en particular dentro del oficialismo. El propio Presidente de la República inicialmente tuvo palabras críticas para dicha iniciativa, que fue vista por algunos sectores como una forma de debilitar la opción Apruebo, pues dicha reforma abría un camino para facilitar el proceso constituyente en caso de que se impusiera el Rechazo. Era el momento en que el Mandatario y las fuerzas que lo apoyan se habían cerrado a la idea de cualquier tipo de “plan B”, estableciendo que las opciones en juego eran o aprobar el texto de la Convención, o quedarse con la actual Constitución.
En la medida que la alternativa Rechazo se fue consolidando como una opción con claras opciones de triunfo, el gobierno finalmente se allanó a la idea de contar con un mecanismo que facilitara el camino para continuar las reformas, algo que también fue comprendido por la gran mayoría de los parlamentarios oficialistas.
Era importante para el país contar con una reforma de este tipo. Más allá de las legítimas preferencias electorales de la coalición gobernante, ante lo incierto de que el proyecto de nueva Constitución se apruebe, las fuerzas políticas debían actuar con realismo y buscar alternativas para evitar crispar aún más un escenario ya muy tensionado.
La actual Carta Fundamental establece como regla de quórum los 3/5 de diputados y senadores en ejercicio, pero para ciertos capítulos requiere de los 2/3. Una de las críticas recurrentes a la actual Carta apuntaba precisamente a los quórums “supramayoritarios”, que hacían difícil la posibilidad de llevar a cabo cambios en materias fundamentales. Al unificar los quórums de reforma en 4/7 para todos los capítulos -no existen ya los “cerrojos”-, se facilita la posibilidad de alcanzar acuerdos, algo que será fundamental en un escenario de Rechazo, donde las normas que habrán de dictarse para volver a poner en marcha un nuevo proceso constituyente encontrarán menos barreras para aprobarse, lo que también se extiende a otras reformas constitucionales que se estime importante llevar a cabo, considerando que el país tampoco puede paralizarse hasta que se dicte una nueva Constitución.
El hecho de que se haya alcanzado un amplio acuerdo político reivindica también el rol fundamental del Congreso en el sistema democrático, que sigue siendo el lugar por excelencia para alcanzar grandes acuerdos en beneficio del país.
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