Valioso pronunciamiento en favor del Simce

Simce

El hecho de que el Consejo Nacional de Educación haya estimado imprescindible retomar esta evaluación en algunos niveles permitirá contar con diagnósticos más acabados que ayudarán a retroalimentar el sistema educativo.



Como parte de sus atribuciones, el Consejo Nacional de Educación (CNED) publicó su pronunciamiento sobre la propuesta de Plan Nacional de Evaluaciones presentada por el Ministerio de Educación (Mineduc) para 2022, que consistía principalmente en suspender por el presente año la rendición del Simce en algunos niveles, en otros realizarlo solo de forma muestral y en eliminar las consecuencias de dichas evaluaciones en lo relativo a la clasificación de desempeño de las escuelas.

En la respuesta del CNED, en primer lugar, éste acogió por unanimidad la suspensión del Simce en 2°, 6° y 8° básico; sin embargo, en paralelo estimó imprescindible su realización de manera censal -y no muestral- en 4° básico y 2° medio en las asignaturas de lectura y matemáticas. Así, planteó como prioritaria la realización de una evaluación que permita levantar información robusta para el diseño de políticas públicas y para focalizar los apoyos y recursos en los establecimientos y estudiantes que más lo requieran; también fue enfático en que, debido a la heterogeneidad de la realidad educativa nacional, esto no sería posible de lograr con un estudio muestral que invisibilizaría a grupos afectados por la pandemia.

Basándose en el reconocimiento de las dificultades que el contexto de los dos últimos años y el cierre de escuelas ha traído, así como los conflictos de carácter socioemocional que se han manifestado en las aulas, el Consejo acogió también por unanimidad la suspensión de las consecuencias del Simce sobre la clasificación de escuelas durante este año, lo que a todas luces parece una decisión razonable.

En lo relativo al diagnóstico de la situación socioemocional de los estudiantes, la mayoría del consejo valoró la participación del país en el estudio de habilidades socioemocionales de la OCDE, pero aconsejó mirar con cautela sus resultados, dado que Chile no participó en su elaboración. Asimismo, recomendó tener en cuenta los Indicadores de Desarrollo Personal y Social (IDPS) que se recogen junto con el Simce y que cumplen con el mismo propósito. Y desaconsejó la realización de una nueva prueba en esta materia como proponía el Mineduc, para así evitar el agobio que ésta implicaría para los estudiantes que presentan dificultades.

De esta forma, el pronunciamiento del CNED es oportuno y viene a aclarar una materia que en el último tiempo había sido objeto de múltiples trascendidos que ponían en duda la aplicación del Simce, no solo por los reparos que había formulado el propio ministerio, sino también por la constante resistencia del Colegio de Profesores hacia este tipo de mediciones. Además, contribuye con valiosas recomendaciones que permitirán retomar las evaluaciones necesarias para obtener los diagnósticos necesarios que permitan retroalimentar al sistema educativo tras dos años de oscuridad al respecto. Con todo, es de esperar que el Ministerio de Educación recoja la observación del CNED respecto a la falta de una visión sistémica sobre las políticas que se aplicarán para apoyar a los establecimientos educacionales a partir de los resultados de las evaluaciones propuestas, pues no hay que olvidar que este es el objetivo final de las mismas.

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