Ya habíamos hablado en Fuego Amigo sobre los cómo lavar, cuidar y afilar tus cuchillos de cocina, en especial aquellos que usamos para demostrar nuestras destrezas frente a una parrilla.
En las clases de cocina que realizamos en Club Paula Cocina, hemos probado junto a nuestros chefs invitados innumerables cuchillos de todas las formas, tamaños y precios. Pero no importan lo lujosos, caros o apreciados que sean tus cuchillos si no están afilados. Los cuchillos sin filo no sirven para nada; peor aún, son peligrosos.
Claro, en nuestras casas podemos tener distintos utensilios que sirven para mantener en funcionamiento tus cuchillos: afiladores eléctricos, chairas, piedras y otros. Pero ¿qué pasa cuando no estás en tu casa, tienes una carne que debe limpiarse antes de ponerla a la parrilla y no hay con qué afilar? No sufras, te contamos el secreto: solo necesitas un tazón.
De poco sirve invertir en una buena herramienta si luego no se le da la mantención que merece. Aprende aquí.
Cómo afilar el cuchillo con un tazón de cerámica
La mayoría de los platos, cuencos y tazas de cerámica tienen un borde sin esmaltar en la parte inferior, donde la pieza estuvo en contacto con el suelo del horno. Esta cerámica sin esmaltar es más dura que el metal y puede utilizarse como una piedra de afilar.
Todo lo que hay que hacer es dar vuelta la taza y pasar la hoja del cuchillo a lo largo de ella, sujetándola de modo que el borde mantenga un ángulo de unos 15 a 20 grados. Para obtener el mejor filo, empezar con 10 a 15 pasadas por cada lado, luego dar de 5 a 10 pasadas por cada lado, luego cuatro, luego tres, luego dos, y terminar con una serie de pasadas sencillas por cada lado.
Este método crea un nuevo filo relativamente simétrico y es extraordinariamente eficaz. En 30 segundos, puedes trasforma un cuchillo que apenas podía cortar una papa en uno que puede ayudarte a limpiar un buen trozo de carne sin esfuerzo.
Otras alternativas para afilar cuchillos
En esos raros casos en los que tienes un cuchillo desafilado y tienes que cocinar, pero no hay cerámica a la vista, el borde superior de la ventana del auto cuando está a medio camino funcionará igual de bien. Incluso una piedra lisa o una losa de hormigón pueden servir en caso de apuro.
Eso sí, ten en cuenta que esta técnica en realidad afila el cuchillo mediante la eliminación de material, no sólo afila el cuchillo como cuando uno lo hace con una chaira o una piedra especial. En este caso también se tiende a eliminar bastante material, por lo que la recomendación es utilizar esta técnica sólo con cuchillos baratos o cuando estés realmente en un aprieto – como en una asado en plena excursión–.
Elige también la taza con cuidado: La técnica no daña la cerámica (deja un residuo oscuro de metal afeitado que se puede lavar fácilmente), pero la idea no es usar la loza que uno tiene guardada para recibir a los reyes de Reino Unido, Carlos y Camila.