Llegó en 2005 a Chile y se llevó una gran sorpresa: en nuestro país no existía el concepto de alimentación con foco social. Su principal objetivo está en contribuir desde la gastronomía en espacios donde hay riesgo social y que incluye la educación alimentaria como también la formación y emprendimiento. Sin la existencia de esto en Chile, Rafael Rincón se sintió “alarmado” ya que esto era un estilo inherente a él.
Por lo mismo en 2019, y luego de varios emprendimientos, creó Gastronomía Social, fundación que creció junto con la llegada de la pandemia y que instaló en el país una nueva forma de ver la comida y de aprovechar todos los recursos que tenemos.
¿Cómo surge la fundación Gastronomía Social?
“Nació en agosto de 2019. No fue hasta el inicio de la pandemia, cuando comenzamos a actuar. Lo que tenemos por objeto es diseñar sistemas de colaboración con los actores del sistema alimentario para provocar el cambio social” explica.
En 2022, los Latin America’s 50 Best Restaurants, destacaron el trabajo de la fundación presidida por Rincón, con Icon Award 2022 por el impacto de su fundación en Chile a través del trabajo colaborativo y educacional.
El chef explica que Gastronomía Social tiene tres líneas de acción: “cocinar y distribuir alimentación para aquellos que lo necesiten, formar en materia de gastronomía para crear oportunidades para personas en riesgo social y educar en materias de alimentación y de medioambiente para provocar mejor calidad de vida a las personas”, comenta.
¿Cómo surge tu interés por la gastronomía con este enfoque?
“Amo la gastronomía con foco social desde que soy pequeño, la adoro. Mis padres me educaron así. Tuvieron restaurantes que tenían conceptos de ética alimentaria muy grandes. Eso provocó en mí que fuera algo cultural, algo inherente a mí, y creo que el alimento bueno es merecido por todos. Además que la gastronomía puede provocar cambios espectaculares en el corto plazo”.
¿Cómo sentiste tu llegada a Chile, en donde no existía este concepto?
“Al principio me alarmaba muchísimo. Principalmente por todas las posibilidades que Chile, por su condición natural tiene. También por la gran injusticia alimentaria que vivía el país, con una un sistema que no está bien concebido, donde había un número elevadísimo de personas con problemas de enfermedades ligadas al alimento” comenta.
Rincón observó que en Chile había bajos niveles de consumo de alimentos naturales, y que por el contrario se preferían alimentos procesados. Además notó que había una desconexión con la naturaleza de Chile muy grande. “Bueno, pues eso fue para mí el detonante”, relata.
Ahí entonces viste una oportunidad...
“Al final, si tú quieres crear un sistema donde se promuevan los alimentos del mar, tienes 5.000 kms de costa. Si quieres un sistema que provea alimentos basados en la dieta mediterránea, Chile es el único país en Sudamérica con este clima. Las oportunidades son muchísimas. Todo lleva a este punto en el que estamos hoy, donde después de la pandemia ha habido un despertar. Ganas de generar cambio en la industria gastronómica que nosotros estamos liderando, no estamos solos, pero estamos liderando. No no somos teóricos, somos interacción”.
¿Qué esperas para la clase de este jueves?
“Bueno la paella es lo que más me gusta cocinar y me identifica con mi tierra. En Chile se hace el asado y es lo mismo que esta preparación. La gente se sitúa alrededor de la paella. Va paso a paso. Unos van removiendo, otros pueden ayudar a cortar. Es un proceso muy comunitario. También me ayuda a conectarme con mis recuerdos, con la cocina de mi madre y mi abuela. La idea es que los que vengan podamos disfrutar un buen momento”.