Consomé (rápido) de pollo con huevo

Si lo que se busca es calentar el cuerpo de forma rápida pero sin necesariamente llenar el estómago, la mejor opción siempre será un consomé. Esta preparación se obtiene al cocinar en agua alguna proteína como carne, pollo o pescado hasta obtener un caldo con mucho sabor, que luego se filtrará y complementará con otros ingredientes crudos o cocidos. De esta forma, es posible encontrarse con consomés que se sirven apenas con un poquito de cilantro, mientras que otros llevan también huevo batido, fideos delgados o incluso crema. Pero sea la combinación que sea, el consomé siempre reconforta y es muy fácil de hacer.

Ingredientes (para cuatro personas)

—1 pechuga de pollo con hueso

—1 zanahoria lavada y cortada en bastones

—1 rama de apio

—1 diente de ajo

—½ cebolla

—4 huevos

—Sal y cilantro recién picado

  1. En una olla poner la pechuga con la zanahoria, la media cebolla, el diente de ajo y la rama de apio.
  2. Condimentar con un poco de sal, cubrir con agua fría, tapar la olla y llevar a ebullición con fuego medio.
  3. Cuando hierva, destapar la olla y cocinar a fuego bajo por unos veinte minutos, de manera que se concentren los sabores.
  4. Pasado ese tiempo, colar el caldo, corregir de sal si fuese necesario y servirlo en platos individuales. Agregar en cada uno un huevo crudo y batido con el tenedor (para que se cocine con el calor) y un poco de cilantro picado.

Crema de zapallitos italianos con jengibre

Si bien se podría hacer una sopa de verduras siguiendo la técnica del consomé, el resultado sería un líquido con poco gusto y consistencia. Por lo mismo, cuando se quiere consumir verduras en formato líquido, el método más utilizado es elaborar una crema en base a éstas. Además, suele ser una excelente actividad para aprovechar esas hortalizas que ya comienzan a ponerse feas en nuestro refrigerador.

Pero ojo: en el caso de las cremas de verduras, nada se cuela ni menos se tira, porque lo que se hace es cocinar (en agua o en horno) todos los vegetales más algunos aliños para después —todo eso— pasarlo por una licuadora y ya está. Un toque de oliva o crema de leche, si quieren, y la crema de verduras está lista.

Ingredientes

—3 zapallos italianos lavados y cortados en cubos

—1 cebolla pelada y cortada en cuartos

—1 zanahoria lavada y picada en rodajas

—2 dientes de ajo pelados

—1 cucharada de jengibre crudo rallado

—Sal, pimienta y aceite de oliva

  1. En una olla grande, saltear en aceite de oliva los zapallos italianos con la cebolla, la zanahoria y los dientes de ajo, más una pizca de sal y pimienta.
  2. Una vez que hayan tomado color las verduras, cubrir cuidadosamente con agua tibia y tapar la olla hasta que hierva. Luego, bajar el fuego y esperar a que las verduras se ablanden.
  3. Finalmente, retirar del fuego y verter el contenido de la olla en la jarra de una licuadora. Primero las verduras y luego completar con lo que alcance del líquido sobrante. Agregar también el jengibre crudo y procesar hasta conseguir una consistencia cremosa.
  4. Corregir de sal si fuese necesario y servir inmediatamente.

¿Y las legumbres?

No voy a entrar en esa estéril discusión que busca establecer si las legumbres servidas en plato hondo son una sopa o un guiso, porque me queda bien claro que son lo segundo. Sin embargo, cualquier plato de legumbres guisadas puede ser luego pasado por una licuadora y convertirse en una exquisita crema. No importa si la preparación llevaba embutidos o verduras, todo se procesa en la licuadora y se transforma en una crema realmente buena.

Incluso más: cuando les queda en la olla el fondo de la cazuela —es decir, algo de caldo más restos de papas, porotos verdes, zapallo, arroz y más—, se toma todo eso, se lleva a la licuadora, se le agrega algo de agua de ser necesario y listo. Otra joya de la cocina. Así las cosas, lo único imprescindible para todo esto es una buena máquina que licúe.

Licuadora Oster 1.5 litros


Otras sopas

Más allá de los consomés y cremas de verduras, hay una buena variedad de sopas que son, digámoslo así, algo más exóticas, pero que cada día se nos hacen más familiares. Por lo mismo, las hemos ido adoptando y adaptando a nuestros menús cotidianos.

Tal vez el caso más emblemático es el ramen, una sopa con fideos y un caldo en base a huesos de pollo, chancho y verduras —entre otras cosas— que se originó en China. Luego los japoneses lo hicieron propio y, varios siglos después, lo lanzaron al mundo convirtiéndolo en algo así como “el nuevo sushi”. De hecho, hoy es posible comer ramen en restaurantes de Madrid, Londres, Nueva York, Buenos Aires e incluso Santiago.

Además, en estos tiempos de pandemia es posible pedirlo vía delivery e incluso hay algunos valientes que ya se atreven a prepararlo en casa, con materias primas japonesas que no son muy difíciles de conseguir (y que se explica en el video del maestro Ivan Orkin que va más abajo).

Otra delicia extranjera, muy antigua y algo olvidada, es el italianísimo menestrón, una sopa en la que se mezclan verduras, legumbres y hasta algo de pasta, con un caldo que muchas veces incluye cubitos de jamón o alguna otra proteína animal. Con fama de levantamuertos, el menestrón es la sopa ideal para terminar un día duro y frío de otoño o invierno.

Sin cocinar

Como pasa con muchas otras cosas, puede ser que tengamos ganas de temperarnos con una buena sopa o crema, pero que al mismo tiempo no haya interés alguno en cocinar. Afortunadamente, la oferta de sopas preparadas que actualmente podemos encontrar en supermercados ha mejorado bastante en comparación a lo que podíamos encontrar hasta hace una década atrás.

En otras palabras, hace rato que esa sopa en sobre llena de sal y de un sabor indefinido —por decirlo menos— no es la única alternativa disponible. Ahora es posible encontrar también una buena variedad de sopas en lata —que no necesitan aditamento de agua— y con opciones de sabor que van bastante más allá de los clásicos espárragos, tomates, oxtail o carne con sémola. De hecho, sigue existiendo todo pero también hay menestrones, sopa de zanahoria, crema de almejas y hasta ramen instantáneo.

E incluso más, porque si hasta salir a comprar les da flojera, ya hay tiendas o restaurantes —como La Sopería o Fork— que han incluido en su delivery sopas que llegan a buena temperatura —también las hay congeladas y envasadas al vacío— para disfrutar en casa. Al final, solo hace falta vitrinear y decidir.

Sopa de almejas Campbell’s 305 g


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 21 de julio de 2023. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.