Un entretenido soufflé de brócoli

Una entrada creativa con el brócoli como protagonista. Foto: Alejandra González.

Si quieres encantar a cualquiera con estos "arbolitos" nutritivos, pon ojo en esta preparación. La cocinera Alejandra Mulet nos enseña una forma novedosa, fácil y divertida para disfrutar el brócoli.





Si hablamos de abundantes cabezas florales de color verde, dispuestas en forma de árbol, sobre ramas que nacen de un grueso tallo, estamos describiendo al brócoli, que puede ser amado u odiado por su sabor fuerte y por su consistencia particular, pero que solo puede ser apreciado por sus propiedades nutricionales.

Una ración de 200 gramos de brócoli cubre con creces las necesidades diarias de vitamina C de un adulto, ya que aporta casi el cuádruple de lo que se recomienda. También satisface los requerimientos diarios de ácido fólico y dos terceras partes de los de vitamina A.

Con muy pocas calorías y menos colesterol, también es una fuente notable de calcio, potasio, fósforo, hierro, vitaminas B1, B2 y B6 y también aporta dosis considerables de yodo, zinc, cobre y manganeso.

Y si esos atributos no son razones suficientes, sus ramas carnosas y comestibles bien preparadas pueden ser la perdición de cualquier comensal. Por eso la cocinera Alejandra Mulet nos propone en esta receta la forma más entretenida de comerlo: en versión soufflé.

La palabra en francés soufflé significa literalmente inflado. Es un plato ligero donde la clave es batir las claras de huevo a punto de nieve. Y se recomienda servirlo rápido para que la magia de su volumen no se pierda al enfriarse.

Soufflé de brócoli

Ingredientes (para 4 porciones)

  • 4 huevos
  • 1 brócoli mediano o grande
  • ½ taza de queso parmesano (grana padano, quattrocento o de sobre)
  • ½ taza de queso mozzarella picado chico
  • 1 taza de crema
  • Sal y pimienta a gusto
  • Perejil picado opcional.

Preparación

  1. Cocinar el brócoli en agua hirviendo hasta que quede al dente (5 minutos) y dejarlo en un colador para que bote toda el agua.
  2. Con la mano, separar el brócoli del tallo. Triturarlo en un procesador de alimentos o cortarlo con cuchillo bien fino. Reservar
  3. Por otra parte, mezclar la crema, los quesos, el perejil, las yemas, la sal y la pimienta. Agregar el brócoli y reservar.
  4. Precalentar el horno a 180ºC.
  5. En otro recipiente, batir las claras con una pizca de sal hasta conseguir el punto de nieve: una consistencia firme, similar al merengue. Una vez logrado, verter la mezcla anterior y con la ayuda de un mezquino unir todo con movimientos envolventes.
  6. Verter en una budinera o en pocillos individuales. En este caso, hacerlo hasta tres cuartos de su capacidad, porque sube en el horno.
  7. Llevar al horno hasta que se vea que la superficie está inflada y ligeramente dorada. Servir rápido, porque tiende a bajar su volumen al enfriarse.

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