Cuando la aplicación de citas Tinder fue lanzada al mercado, en septiembre de 2012, el público objetivo que tenían en mente sus creadores eran los estudiantes universitarios de Estados Unidos. Pero casi 10 años después, la aplicación se corona como la más influyente de su tipo y se actualiza para responder a las nuevas formas de búsqueda de amor, sexo y compañía.
Su crecimiento en esta década es evidente: ha sido descargada más de 500 millones de veces, está disponible en 190 países y en más de 40 idiomas. Entre deslizamientos a la derecha y a la izquierda, la aplicación registra más de 70.000 millones de matches en todo el mundo. En Chile, el número de descargas superó en mayo de este año las 72.700, lo que representa un crecimiento de alrededor del 29% en comparación con el anterior.
Para la venezolana Eleonora Delgado, terapeuta y sexóloga radicada en Chile, el éxito de esta y otras apps va de la mano de los cambios que han surgido en la forma de relacionarnos. “Hay una sexualización más temprana y la forma de relacionamiento se ha invertido. Muchas veces se va primero al sexo y después a una relación, y creo que eso ha tenido un impacto a nivel general, sobre todo en los más jóvenes, en su forma de relacionarse”, dice.
Y el formato de Tinder, que permite segmentar por edad, ubicación e intereses, permite una amplitud de perfiles. “Están los que solo quieren sexo, los que quieren una relación, los que buscan una noche de diversión o quienes buscan amor”, explica.
En un comienzo se catalogó a la aplicación como un espacio casi exclusivo para quienes buscaban sexo casual, pero esa imagen de Tinder fue mutando y también sus usuarios. Delgado explica que a pesar de que son muchas las personas que utilizan la aplicación para buscar sexo, los estudios dicen que muchos de quienes usan Tinder quieren una relación seria.
La periodista estadounidense Emily Witt, quien escribe en revistas como The New Yorker y publicó Future Sex, un libro sobre el tema, cree que quienes siguen acudiendo a aplicaciones como Tinder lo hacen principalmente para paliar la soledad. Más que cambiar la forma de vivir el amor, dice, ha cambiado nuestra visión de vivir la vida cuando estamos solteros.
“Creo que mucha gente utiliza estas aplicaciones para sentirse menos sola. Pasar el dedo y chatear con alguien es una forma de sentirse menos solo, salir a tomar una copa de vino con alguien te da la sensación de que estás siendo proactivo a la hora de encontrar el amor. Puede que a veces conozcas a alguien con el que sabes que no quieres casarte pero que te gusta lo suficiente como para salir casualmente durante un par de meses, pasar la noche o ir al cine”, dice.
Tinder, explica, responde a una población que pasa una importante parte de su vida sin pareja y que se siente libre de probar nuevas conexiones. “Hay cada vez más gente que se casa más tarde o no se casa, más gente que vive sola”, dice.
Para ella, el relativo anonimato de Tinder y otras aplicaciones de citas le da la oportunidad a la gente de explorar de una forma que no se daría con personas de su vida presencial, amigos, compañeros de estudios y trabajo. También es un espacio para la exploración.
“La tecnología también facilita que las personas que desean estilos de vida no tradicionales se encuentren, y muchas ideas sobre la no monogamia o el poliamor se han convertido en una corriente principal porque más gente habla de ellas abiertamente en las aplicaciones”, explica Witt.
Especialmente para las mujeres de culturas latinoamericanas, explica Delgado, Tinder ha sido una suerte de escape para vivir la sexualidad de una forma más libre. “Quienes venimos de estos países que tienden a ser más machistas, con esa visión de ‘el hombre propone y la mujer dispone’, la mujer ha podido tener acceso a una vía en la cual le permite expresarse más cómodamente, con menos temor a juicio. Esto ha facilitado las vías para una liberación sexual con menos restricciones”, dice.
Borrar y volver a descargar
Según un estudio reciente del Pew Research Center quienes utilizan estas aplicaciones de citas en línea son más propensos a describir su experiencia general en términos positivos más que negativos. La mayoría de los usuarios consultados aseguraron que les resultó fácil encontrar a otras personas que les parecieran físicamente atractivas, con intereses comunes o que quisieran conocer en persona.
Pero también, siete de cada diez usuarios creen que es muy común que quienes utilizan estas plataformas mientan para parecer más deseables. Y por un amplio margen, quienes utilizaron una de estas aplicaciones en el último año dicen que la experiencia los dejó más frustrados (45%) que esperanzados (28%).
“Psicológicamente, puede ser muy difícil. Te expones a que te juzgue gente que no te conoce en absoluto. Solo quieres ser tú mismo, pero sientes la necesidad de intentar parecer atractivo de una manera que puede parecer falsa. Te enfrentas a muchos juicios y a muchos rechazos: mensajes sin respuesta, ghosting. Para los introvertidos, la interacción puede ser agotadora. Incluso cuando eres la persona que rechaza puede causar mucha ansiedad”, dice Witt.
Estas aplicaciones también pueden convertirse en lugares donde afloran los comportamientos inapropiados y el acoso. El mismo estudio de Pew Research Center arrojó que un 60% de las usuarias de entre 18 y 34 años aseguraron que alguien en un sitio o aplicación continuó poniéndose en contacto con ellas aún después de haber dicho que no estaban interesadas. Un 57% afirmó haber recibido un mensaje o imagen sexualmente explícita que no habían solicitado. Hay peligros mayores, como personas que se inventan identidades o que utilizan la aplicación para hacer delitos.
Esto ha llevado a que muchos usuarios descarguen, borren y vuelvan a descargar la aplicación en un círculo que puede resultar agotador.
Para Delgado, quienes tienen conductas inapropiadas en el mundo virtual también las tendrán en las redes sociales y aplicaciones de citas. “Si tú aprendes a no evadir situaciones y sabes que tienes una responsabilidad de ser comunicativo y asertivo con las personas, lo vas a hacer ya sea físicamente o virtualmente”, dice.
“Puede ser muy frustrante para quienes buscan una relación seria”, dice Witt, “Pero dicho eso, tenemos suerte de tenerlo. Creo que al final estamos menos solos por eso”, agrega.
Delgado cree que Tinder llegó para quedarse. “A nivel mundial las personas han descubierto una forma de acercarse a sus intereses de una forma fácil. Creo que estos tipos de aplicación van a ir creciendo ya que los seres humanos encontraron en ellas una forma de buscar lo que quieran, ya sea sexo, amor, una relación”, dice.