Una arista interesante y poco mencionada del proyecto de ley que busca aumentar el período postnatal es que, además de prolongar el tiempo de licencia materna, establece 30 días exclusivos para el padre, lo cual es significativamente mayor que la realidad actual, en la que los padres disponen sólo de 5 días que además son con cargo a su empleador.

¿Por qué es importante que los padres tengan este tipo de beneficios sin que ello implique que la madre tenga que ceder parte de los suyos? Un estudio realizado en Canadá mostró cómo la participación de los papás en la crianza aumentaba en un 250% cuando ellos tenían semanas de postnatal exclusivas para ellos, que no se le “quitaban” a la mamá. Esta participación no solo implicaba una mayor corresponsabilidad en las labores de cuidado y en el vínculo padre-hijo durante ese tiempo, sino que también se relacionaba con roles de género menos rígidos dentro de la pareja hasta varios años después, una mayor participación laboral de las mujeres y un mayor involucramiento de los hombres en las tareas del hogar.

El proyecto de ley actual ha generado reacciones divergentes, con sectores que apoyan la iniciativa y otros que la miran con reserva, preocupados por las eventuales repercusiones negativas que ésta pueda tener en la empleabilidad femenina, pudiendo ser las madres aún más castigadas de lo que ya son actualmente en el mercado laboral. Es por esto que, para que este proyecto sea una buena noticia para las madres, es necesario darle una alta importancia a los padres y el involucramiento que ellos deben tener en las labores de cuidado. Si bien 30 días sigue siendo un tiempo muy acotado, es un avance significativo en relación a la realidad actual, que además es un beneficio que muchos padres no utilizan.

En este sentido, un desafío importante que tenemos a nivel cultural es que estas iniciativas no queden sólo en el papel, y que el cuidado sea entendido como una responsabilidad de ambos padres y no sólo de la madre. Actualmente, la madre puede ceder al padre las últimas 6 semanas de su postnatal, y la cantidad de hombres que hacen uso de ello es menor al 1%. Y lo es por diversas razones: implica acortar el postnatal de la madre, en algunas empresas es mal visto que los padres hagan uso de este beneficio, e incluso las aseguradoras de salud muchas veces no saben cómo gestionar dicho permiso, por el escaso uso que se le da.

Avanzar en iniciativas que involucren al padre de manera más profunda en la crianza y en el cuidado, sin que esto implique quitarle tiempo a la madre -sobre todo cuando su hijo/a es todavía muy pequeño- es fundamental para que las brechas de género disminuyan tanto al interior del hogar como en el mercado laboral, beneficiando así el desarrollo de padres, madres e hijos/as.