Paula 1183. Sábado 26 de septiembre de 2015.
La voz insignia de la canción africana contemporánea viene por segunda vez al país con un concierto acústico, el próximo 7 de octubre. En un mes cargado a espectáculos masivos, algunas razones por las que esta es una opción que no hay que dejar pasar.
1- Esto es África
Dicen sus naturales que la música es el petróleo de Mali. Esta nación subsahariana es de las más occidentalizadas del continente y ha llevado a Europa y a Estados Unidos desde la relectura blusera de Ali Farka Touré a la fusión de Amadou & Mariam. Al maridaje que comenzó a hacer Salif Keita desde que tocaba en la Rail Band y luego en Les Ambassadeurs –y más consistentemente desde que inició su carrera solista en París, a fines de los 80– la crítica lo ha llamado afro–pop, con elementos de música de raíz con son cubano, jazz y funk.
2- Una voz, una melodía
Hay algo arabesco en su registro. También ciertos toques de flamenco, pero, influencias más, influencias menos, es indiscutiblemente africano. ¿En qué piensan cuando escuchan el término "canción africana"? Pues suena así o mejor. Tiene un timbre sobrecogedor, un verdadero torrente de voz que surge lento hasta casi desbordarse. No por nada se le conoce como "la voz de oro de África", "el Caruso de Mali" o "el ruiseñor". Pueden atestiguarlo quienes lo vieron durante su primera visita a Chile en 2009, en el marco de Santiago a Mil.
3- El león blanco
Estaba destinado a ser parte de la clase dirigente de su país, ya que desciende de la casta de Sundiata Keita, el fundador del imperio Mali en 1240, pero al haber nacido albino fue repudiado por su familia ya que ser "blanco" en Mali es sinónimo de tragedia. Para ahondar el infortunio comenzó a cantar, oficio que es propio de las clases inferiores. Una vez encumbrado como uno de los grandes nombres de la World Music fundó la Salif Keita Global Foundation, entidad presidida por su mujer que se ocupa de proteger los derechos de la población albina de su país.
4- Debut acústico
Lo venía prometiendo desde hace años, pero recién en 2014 comenzó su primera gira acústica, con instrumentos tradicionales como el kora, una especie de arpa africana, y el n'goni, un laúd de siete cuerdas, a los que añade una guitarra eléctrica y dos coristas. Su puesta en escena es simple: todos alrededor suyo vestidos de negro y él en medio, de estricto blanco. Uno de los momentos cúlmine es cuando interpreta Yamore, canción que registró a dúo con Cesária Évora en 2002, quien en este set es suplantada por sus coristas.
Coordenadas:
Salif Keita acústico, miércoles 7 de octubre a las 20:30 hrs.
Teatro Nescafé de las Artes, Manuel Montt 32, Providencia.
Entradas desde $ 25.000 en www.ticketek.cl y en boleterías del teatro.