Paula 1137. Sábado 14 de diciembre 2013.
Una breve pero contundente selección con los mejores libros, nuevos y casi nuevos, de este fin de año.
Vivir, pensar, mirar, Siri Hustvedt
La escritora norteamericana (1955) recién había sorprendido con la divertida novela Un verano sin hombres y con el ensayo La mujer temblorosa o la historia de mis nervios. Ahora se trata de la reunión de sus ensayos sobre lo que significa ser humano: en qué consiste ver y recordar, soñar y hablar, ser alguien que se dice yo. Lejos de la autoayuda, que suele tocar estos temas, Hustvedt toma todo su saber para hablar, brillante y amena, de la vida, el conocimiento y el arte. Imperdible. ($ 20.880 en librerías).
Tránsitos, Alberto Fuguet
Ya había mostrado sus pasiones y obsesiones en Cinépata y Apuntes autistas; en este volumen hace lo propio respecto a su vida como lector, tomándose todo el tiempo y las libertades, para hablar de literatura de forma tan amplia como caprichosa. La gracia de Fuguet (1964) es que no teme equivocarse y se sorprende con pasión. En más de 500 páginas hace un mapa mental de su experiencia de leer y de escribir, que pasa por grandes y pequeños autores y personajes chilenos –de Papelucho a Bolaño–, para terminar con los ídolos que tiene como narrador consumado que es. ($13.000 aprox en librerías).
Quemar los días, James Salter
Como acaba de publicar en inglés su última novela, All that is, se produjo el rescate de los libros ya traducidos al español de este escritor norteamericano (1925), aplaudido por Susan Sontag y John Irving. Ex piloto de guerra, Salter fue guionista y periodista, y publicó libros desde fines de los 60. Este es, quizás, el mejor: las memorias de un hombre de mundo, valiente y brillante, elegante y culto, que observa absorto la variedad humana o las profundidades del amor, desde los rigores de la guerra hasta los fastos de Hollywood. Un lujo. ($17.000 aprox en librerías).
Mis documentos, Alejandro Zambra
Después de sus poemas, de sus exitosas novelas y de sus crónicas y ensayos, el escritor chileno (1976) presenta una colección de cuentos en la que despliega su narrativa de siempre en nuevas facetas fascinantes: una escritura prolija sobre experiencias menores que escudriñan intimidades complejas. Zambra cuenta sobre niños que crecen entre adultos medio perdidos, imagina historias policiales improbables, o se expone con elegancia y ágil sentido del humor en un genial diario de vida sobre dejar de fumar, entre otros varios asuntos. ($10.900 en Librería Metales Pesados).
La infancia de Jesús, J.M. Coetzee
La última novela del premio Nobel sudafricano (1940) es inquietante y completamente literaria: muestra un mundo ficticio, palpable y terrible, que desenmascara las falsedades impuestas por los imaginarios, sean religiosos o sociales, las utopías de orden y salud, y la propia creación novelística. Aunque alejada de la línea de relatos sobre sí mismo que ha seguido este autor, la narración escueta y sobria, sobre un hombre con un niño que piden asilo en un lugar extraño, señala radicalmente la forma en que el autor comprende el mundo y su arte. Coetzee sorprende hasta la maravilla otra vez. ($12.000 en librerías).
Una historia sencilla, Leila Guerriero
El tema parece irrelevante: un hombre quiere ser campeón de malambo, una danza de gauchos, en un festival de pueblo chico. Pero como la buena periodista que es, la escritora argentina (1967) prueba que cualquier historia, si se mira, investiga y cuenta bien, es una gran historia. Así, esta larga crónica, escrita sencillamente, revela ese mundo provinciano intrascendente como un gran teatro para proyectar lo sorprendente que es cualquier ser humano cuando se propone algo con pasión. ($14.000 en librerías).