70 años de experiencia

Tras vivir en Argentina, Estados Unidos y Colombia, a sus 92 años –y una piel que parece de 60– la cosmetóloga Mayte Rabinovich está al mando de su Centro Naturista de Belleza Facial, Capilar y Corporal. A sus pócimas se han sometido Evita Perón, María Victoria Henao –esposa de Pablo Escobar– y muchas actrices chilenas. A punta de pomadas y tónicos, que prepara en su propia cocina, esta experta asegura devolver la vida a la piel.




Paula 1128. Sábado 17 de agosto 2013.

Tras vivir en Argentina, Estados Unidos y Colombia, a sus 92 años –y una piel que parece de 60– la cosmetóloga Mayte Rabinovich está al mando de su Centro Naturista de Belleza Facial, Capilar y Corporal. A sus pócimas se han sometido Evita Perón, María Victoria Henao –esposa de Pablo Escobar– y muchas actrices chilenas. A punta de pomadas y tónicos, que prepara en su propia cocina, esta experta asegura devolver la vida a la piel.

"Desde siempre me ha gustado la belleza. Cuando niña, machacaba hojas del jardín y le hacía mascarillas a mi mamá", cuenta la cosmetóloga Mayte Rabinovich. Una afición que se explica porque sus abuelos eran boticarios y bien conocían el uso terapéutico de hierbas, raíces y algas. En la práctica, aprendió aún más sobre el poder de las hierbas cuando a los 14 años entró como voluntaria a la Cruz Roja y luego a la Defensa Civil. Como auxiliar de enfermería trabajó en el Hospital San Luis, por ese entonces dedicado exclusivamente a los cuidados de la piel. "Llegaban personas con quemaduras, con chancros sifilíticos, erupciones y un sinfín de problemas. Para tratarlos, se usaban agüitas de alibour, matico, cola de caballo y toronjil cuyano, entre otras. Así fui aprendiendo".

"El caviar es uno de los ingredientes más poderosos: el amarillo es corporal y suaviza, humecta y tonifica. El negro, rico en yodo y aminoácidos, nutre el cuero cabelludo y regenera la fibra capilar. El rojo es facial y regenera las células, da firmeza y luminosidad".

De forma autodidacta estudió libros de dermatología, "tal como si fuese una estudiante de Medicina", afirma. Y luego aprendió peluquería y abrió un salón en el pasaje Matte, en el centro, donde atendía principalmente a las esposas de los embajadores. Allí fue pionera en ofrecer servicios de cosmetología. "Hasta ese entonces solo existían en Argentina", dice orgullosa. Macarillas de clara de huevo para humectar, algas para tonificar o una pasta de ácido bórico, maicena y azúcar para el acné, eran algunos de sus tratamientos. Tanta fama se hizo, que cuando Evita Perón visitó Chile requirió sus servicios por cinco días. "Al mes, me llega una carta de ella que decía: 'Te tengo todo listo para que vengas a Buenos Aires'. Ella me había instalado un centro de belleza en calle Santa Fe 32-33 y cada miércoles me mandaba una limusina para ir a la Casa Rosada a hacerle faciales y corporales. La envolvía en algas", recuerda. Dos años estuvo en Argentina cuando decidió volver y luego partió a Estados Unidos –donde estudió Herbaria– hasta radicarse por 28 años en Colombia, donde abrió –primero en Cali y luego en Medellín– su Centro Naturista de Belleza Facial, Capilar y Corporal. Un imperio de la belleza –con 30 camillas–, lugar obligado de todas las Miss Colombia y socialités. María Victoria Henao, la esposa de Pablo Escobar, incluso le pedía cerrar el centro completo para ella y sus amigas que llegaban en jet desde España a tratarse. A Chile llegó hace siete años, tras dos viviendo en Israel. En su departamento, cercano al metro Tobalaba, y con la ayuda de su hija Fanny, atiende de forma personalizada a sus clientes, la mayoría personas que acuden por sus tratamientos faciales y corporales para mantener la piel sana, joven y tonificada –entre ellas, famosas que prefiere mantener en reserva–, pacientes con calvicie, psoriasis, rosácea y acné. Pedir hora al fono 2335 4926.

Las pócimas de Mayte Rabinovich

Reticente a enunciar el contenido exacto de sus cremas, mascarillas, ungüentos y tónicos, Mayte Rabinovich ha hecho de su cocina, su laboratorio. Allí prepara sus fórmulas, que son tan naturales –sin alcohol, perfumes, ni preservantes– que muchas de ellas se pueden incluso comer. El proceso lo visa un químico, experto que asegura su efectividad y duración. Dentro de sus emblemas está la crema y tónico de repollo morado, que combate la flacidez; la crema de perejil, que inhibe las alergias; de naranja, que regenera el colágeno; el tónico de vinagre de mirra, que da elasticidad; y el tónico de vinagre de rabanito, para el sebo.

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