En las últimas semanas de marzo y primeras de abril, se hablaba de un posible baby boom, como el que tuvo lugar en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, entre 1935 y 1960. Esa teoría, sin embargo, fue descartada rápidamente, porque lo que pareció ser un incremento en la frecuencia sexual de las parejas durante el inicio de la cuarentena, se dio vuelta de manera significativa un par de semanas después. Así lo mostró una encuesta virtual realizada por la tienda erótica SexPlace, que reveló que si en las dos primeras semanas los números iban en ascenso, en las semanas posteriores la frecuencia sexual de las parejas estables disminuyó notoriamente, en algunos casos llegando a la ausencia casi absoluta de interacción sexual durante el periodo de confinamiento.

Por otro lado, estudios preliminares han dado cuenta de que algunas prácticas, tales como el consumo de la pornografía, el sexting y la masturbación, se han reforzado en estos meses. A su vez, la venta de los juguetes sexuales para adultos se ha disparado: como explica Rosa Veas, jefa del área comercial de la tienda erótica Starsex y orientadora sexual de pares, si antes se lograban 300 ventas online diarias, ahora ese número puede alcanzar el 1.200 en un día bueno, lo que da cuenta de un aumento en las ventas de un 200%. Porque a la base de esto, como explica, está el hecho de que el confinamiento ha potenciado el autoconocimiento y la autoexploración. “La manera en la que se ha llevado la sexualidad varía caso a caso, pero evidentemente hay ganas de explorar. La vida ajetreada que teníamos antes dificultaba la conexión con una misma, pero ahora para algunos ha habido más tiempo y empezó a aflorar la creatividad”, explica.

Lo cierto es que, como explican las especialistas, no se puede generalizar, porque los estudios aun son muy preliminares y no dan cuenta de la predominancia de una conducta sexual por sobre otra; las realidades varían de acuerdo a las edades y los distintos contextos sociales, entre otras variables. Pero aun así, se han logrado identificar ciertos atisbos de tendencias.

La psicóloga, terapeuta de parejas y especialista en sexualidad, Daniela Werner, explica que son muchos los factores que inciden en la sexualidad, por lo que en un contexto como el que atravesamos actualmente, de mayor incertidumbre, puede que estemos incurriendo en una búsqueda distinta y volcando la mirada hacia adentro: “Cuando es más difícil tener un encuentro hacia fuera, la búsqueda tiende a ir hacia adentro, y desde ahí se hace posible que haya un impulso por la autoexploración”.

En su práctica, Werner ha podido ver que en el caso de las parejas, los motivos de consulta están más asociados al desencuentro en la intimidad y a las dificultades sexuales. Y esta baja en el deseo muchas veces está vinculada, según explica la especialista, a un trastorno del ánimo o depresión residual producto de ciertas situaciones pasadas que no fueron abordadas en su minuto y que ahora aparecen con mayor ímpetu, manifestándose a través de una disfunción sexual o una disminución en la libido. Como un síntoma de algo más profundo, que lleva más tiempo, pero que en este contexto se intensifica.

“Que aparezca por un lado la auto exploración y por otro lado las disfunciones sexuales habla de que son varias las tendencias. No hay una sola, hay distintos movimiento dependiendo de cómo cada persona aborda su sexualidad y también dependiendo de la situación en la que se encuentra en este contexto. Hay un alza en la autoexploración y hay quienes están con dificultades en la intimidad con un otro y por ende pueden estar buscando esa opción también. Y hay quienes están presentando dificultades sexuales como un síntoma, como la punta del iceberg de algo más complejo”, explica Werner.

A su vez, como señala la sexóloga de Sexología Chile, Valeria Rosales, las consultas de sexología han aumentado notoriamente. “En la vida cotidiana hay muchos distractores, por lo que puede que las parejas no se hayan tenido que enfrentar tanto. Pero ahora no queda otra, están pasando más tiempo juntos y se dieron cuenta de ciertas dificultades o deseos que estaban ahí, pero que ahora se agudizan”, dice. “Han aparecido todas las dificultades sexuales, los índices de violencia intrafamiliar y doméstica se han disparado, en China aumentaron los divorcios y se proyecta que eso podría pasar en otras partes del mundo”, explica Rosales. Lo que sí ha disminuido, según revela un estudio realizado por Smartme Analytics, es la cantidad de citas presenciales –aunque aumente el uso de apps– que han tenido los usuarios de aplicaciones como Tinder y Badoo.

Como explica Werner, estamos frente a un contexto distinto al que dio paso al baby boom de la segunda mitad de 1900. “Hay ambivalencia y ambigüedad, hay poca claridad respecto hacia dónde nos dirigimos, por lo que también hay un planteamiento complejo que cuestiona cómo se va a ampliar o tener familia si es que ni siquiera sabemos para dónde va esto”, asegura. Por su lado, Karen Figueroa García, sexóloga y Presidenta del Instituto Americano de Sexologia INASEX, postula que lo que ha visto es un aumento en las consultas para variar las prácticas sexuales; “las personas están con un poco más de tiempo en algunos casos y quieren mejorar o explorar más con su sexualidad”.