Si hay un valor, entre los muchos valores, que representa la carta de la joven política y activista Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), es la honestidad. En su hasta ahora breve pero poderosísima carrera, esta congresista nacida en el Bronx no ha esquivado públicamente ningún tema incómodo, ninguna agenda delicada ni tampoco ha tenido miedo a enfrentar duramente a sus oponentes ocupando siempre la verdad por delante. ¿Sus principales detractores? Los grandes estandartes políticos, ya sea conservadores o progresistas, que después de una vida y una carrera en el poder han sido corrompidos por el sistema. Ella pretende derribar la injusticia desde abajo.
Postulada por su hermano para comenzar una carrera política en un movimiento de renovación que se inició en las bases del partido demócrata, las convicciones de AOC no se formaron de un día para otro. Siendo joven sus intereses variaron entre la ciencia, la investigación y la agenda social. Fue una brillante alumna universitaria que siempre se consideró parte de la clase obrera y que abogó desde su adolescencia por los intereses de los más vulnerables. Siendo una veinteañera, creía que la política era un espacio pensado exclusivamente para los poderosos, pero involucrándose en organizaciones sociales y mirando a otros activistas cambió de idea. "Ver a otros poniendo todas sus vidas y todo lo que tenían en juego para proteger a su comunidad me inspiró a empezar a trabajar para mi comunidad", ha dicho.
Para su campaña de 2018, recurrió a la visualidad y gráfica de marchas históricas, que resonaban con los valores de renovación que personifica y fue asesorada por veteranos demócratas cuyos intereses están puestos más allá de ellos mismos. Es decir, volvió a las bases. Con un triunfo histórico, se transformó en la mujer más joven elegida en el Congreso en la historia de los Estados Unidos, derrotando a un poderoso demócrata enquistado en el poder hace décadas. Desde entonces se ha convertido en la voz potente y clara de la clase obrera, los inmigrantes y las minorías sexuales. La "Mujer Maravilla" de la izquierda y "Bruja Malvada" de la derecha –como la describió la revista TIME– ha sido criticada por ser joven, por ser radical, por ser muy confrontacional y, como no, por ser mujer. Pero ella se mantiene enfocada y ocupa cada crítica mediática como oportunidad para enviar un mensaje. Sobre los 60 años promedio que existen de diferencia de edad entre ella y el resto de los miembros de la Casa de Representantes, dijo: "Para bien o para mal, los jóvenes vivirán en el mundo que dejará el Congreso y por eso me concentro en trabajar en nuestro futuro: abordar el cambio climático y la desigualdad de ingresos fuera de control, la educación y poner fin a la privatización de las cárceles".
Otro de los flancos que sus detractores suelen atacar es su pasado laboral. Antes de comenzar una carrera política, Alexandria trabajó como mesera en Nueva York y muchos la han querido denigrar recordándole eso o pidiéndole que "vuelva a servir mesas". Pero ella está orgullosa de haber lavado copas y atendido en un restorán. "En una ciudad donde 1 de cada 10 newyorkinos trabaja en la industria alimenticia, y en un país donde 1 de cada dos americanos trabajará en la industria de la hospitalidad en algún momento de su vida, ¿qué tiene de malo ganarse la vida de forma honesta? Los meseros, lavadores de autos y las manicuristas son parte del sector más trabajador del país", ha dicho.
Su carta es un llamado al cambio. Y principalmente al cambio de mirada con respecto a los otros y a nuestro entorno. A derribar prejuicios y a abrir espacios. Una labor que AOC viene haciendo con las mujeres, los latinos y la clase trabajadora desde que era una estudiante. Recién salida de la universidad y gracias a una incubadora financiera de proyectos, ella fundó la editorial Brook Avenue Press, especializada en literatura infantil, que representa el Bronx de una forma positiva, una acción que es parte de los poderes que convoca su carta: transformar desde el comienzo (o desde la infancia) lo que puede ser transformado.
La suya es una carta de poder, de acción y de cambio, pero también –y sobre todo– es una carta de amor. Como ella misma ha dicho: "El verdadero amor es radical porque requiere que nos veamos a nosotros mismos en todas las personas. De lo contrario, no es amor. El amor es revolucionario porque nos hace tratar a todas las personas como lo haríamos nosotros mismos, no porque seamos caritativos, sino porque somos uno. Esa es la conclusión radical del amor."
• Sugerencia: "Nunca es muy tarde para reparar lo que está en tu poder reparar". Su carta en el oráculo es un llamado al empoderamiento, a la acción y a creer en nosotras mismas. La sugerencia de esta semana a es modificar lo que nos incomoda, lo que es injusto. Y trabajar en generar un cambio.
• Para ver: Knock Down the House (2019, Netflix), el documental que muestra el inicio de la carrera política de AOC y otras tres importantes mujeres contemporáneas. La crítica ha dicho: "Es un documental peligroso, puede que te den ganas de marchar".
• Número de la suerte: 29 (2 y 9), la edad en la que AOC se convirtió en la mujer más joven elegida en el Congreso en la historia de los Estados Unidos.
• Color: Rojo. Además de su convicción política, AOC se ha convertido en un referente de estilo. Su lápiz labial color "Beso" es parte infaltable de su look.