Hace 5 años Vicente García Huidobro, psicólogo especialista en adicciones y profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica, comenzó a observar una tendencia en sus pacientes. Las consultas por adicciones conductuales, especialmente la ludopatía o adicción a los juegos de azar, eran cada vez más frecuentes. “Generalmente se veía en un público mayor, pero empezaron a surgir casos de gente joven desde los 15 hasta los 40 años que habían desarrollado adicciones al juego”, comenta el especialista.

El hilo que unía a la mayoría de estos pacientes juveniles o adultos jóvenes era que la adicción no se había desarrollado en la mesa de juegos de un casino ni en las máquinas de azar. Se trataba mayoritariamente de hombres que habían generado una dependencia a las apuestas online. “El perfil suele ser de hombres jóvenes quienes, a través de las apuestas deportivas online, comienzan a desarrollar una adicción”, explica Vicente.

Desde la oficina, la universidad, la casa o incluso durante el trayecto entre algunos de esos puntos, es posible apostar de forma sencilla usando un computador, tablet o celular. Y esa simplicidad y rapidez con la que es posible participar en juegos de azar desde una aplicación y mediante una transferencia de dinero o una tarjeta de crédito asociada hace que, muchas veces, la adicción sea muy difícil de pesquisar. “En términos generales, hay muchos factores que inducen a que pase desapercibido el que se esté apostando”, explica el especialista del centro Nuevo Norte.

En épocas antiguas, explica el especialista, el fenómeno de asociar apuestas a los deportes ha sido una fórmula para hacer que el problema se minimice o no se considere el riesgo en su total magnitud. “Desde el tiempo de las apuestas en carreras de caballos está el tema de que, al vincular las apuestas con un deporte, éstas pasan muy desapercibidas”, comenta. “Cuando las apuestas deportivas se pueden hacer online no es necesario ir a ningún lugar y aparecen en las páginas web en las que se ve deporte y es algo muy visual”, comenta.

Al hablar de ludopatía el vínculo que se suele hacer es casi directo con lugares como lujosos casinos, mesas de juego, máquinas tragamonedas o grandes sumas de dinero. Pocos ven el peligro de caer en una adicción a través del computador o el celular con una inversión inicial menor. Vicente García Huidobro explica que el perfil de los apostadores online suele ser personas de clase media alta, un segmento en el que es común adquirir productos y servicios por internet y contar con sistemas de crédito asociados directamente a los aparatos electrónicos.

“Desde el tiempo de las apuestas en carreras de caballos está el tema de que, al vincular las apuestas con un deporte, éstas pasan muy desapercibidas”

Y cuando se trata de apuestas deportivas, es todavía más difícil medir las posibles consecuencias de una entretención aparentemente inocua. Vicente García Huidobro explica que pacientes a muy temprana edad, entre 14 y 15 años, comienzan a desarrollar esta adicción que suele asociarse más bien a una actividad recreativa o deportiva. “Se juntan los amigos, ven partidos deportivos y comienzan las apuestas como una forma de darle todavía más entretención”, explica. Para muchos de ellos la actividad queda solo en eso, una jornada de entretención, pero para otros se siembra la semilla de una enfermedad.

Un estudio realizado en 2022 por la Corporación de Juego Responsable en conjunto con la Universidad Andrés Bello, mostró que el número de jugadores problemáticos y jugadores patológicos se ha duplicado desde la última medición en 2018. En el caso de los juegos online, Vicente García Huidobro explica que es posible observar dos patrones más comunes de personas que desarrollan una adicción a las apuestas virtuales. “Uno es el de aquellas personas quienes están entrando muy tempranamente, desde muy chicos y que desarrollan una adicción como enfermedad primaria. El otro es el de quienes desarrollan esta adicción como un síntoma”. Cuando la persona pasa por una situación compleja o vive un estado depresivo comienzan a retraerse y muchas veces encuentran en las apuestas una entretención y un estímulo que está solo a unos clics de distancia. El especialista explica que, en ambos casos, es necesario partir por controlar la adicción. “Hay que detener la conducta independiente de si es un problema enfermedad primaria o un síntoma”, aclara.

Pero salir de aquello que comenzó como un juego y que se transformó en un problema serio no es fácil. Vicente García Huidobro comenta que una de las aristas complejas de este tipo de dependencia es cómo se vincula con el tiempo de descanso y la asociación positiva que puede darse entre apostar en un juego online, con las instancias de relajo y desconexión del trabajo y otras responsabilidades. “Se vuelve el momento que la persona tiene para sí misma”, comenta Vicente. Explica que es frecuente que los pacientes asocien las apuestas virtuales con darse un tiempo en el que se silencia el ajetreo del día a día. “La adicción es muy buena para silenciar el mundo. Mete a la persona en una actividad que tiene un límite de excitación alto donde efectivamente pareciera ser que el mundo exterior desaparece”.

Además, el especialista comenta que este suele ser el gancho que atrapa más a las mujeres en el mundo de las apuestas online. “Hay mujeres que llegan a las apuestas online no necesariamente por el deporte, sino que a través de plataformas que replican un casino de juegos. Cansadas después del trabajo, se sientan frente al computador a jugar o hacer otras actividades a modo de juego y así comienzan apostando”.

Es producto de esta asociación positiva entre el juego y el descanso que, en los tratamientos, una vez que la persona deja el comportamiento adictivo en sí, suele también perder esas instancias de conexión consigo misma. “Se empieza a echar de menos ese momento que existía de intimidad y que a todos nos cuesta desarrollarlo”, comenta Vicente García Huidobro. El especialista explica que la persona se siente acostumbrada a que poner en silencio el mundo implica entrar en este espacio vertiginoso, entretenido y llamativo que es el juego. Y eso puede ser una de las razones por las cuales se vuelve difícil salir. “Cuesta disfrutar los momentos de intimidad que uno tiene sin el juego porque son menos intensos, se va entrando de a poco en ese silencio y calma interna”, explica el terapeuta.

Según datos entregados por la Superintendencia de Casinos de Juego en Chile, es posible acceder a más de 900 plataformas de apuestas online a pesar de que se trata de una actividad no regulada en nuestro país. Muchas de estas casas de apuestas se publicitan también como auspiciadores clubes deportivos locales e internacionales nublando todavía más el límite entre el deporte y una actividad potencialmente adictiva. Esta tenue distinción entre entretenimiento y apuestas es uno de los ítems que consideraron los parlamentarios chilenos quienes, a principios de este mes, aprobaron el proyecto de ley que regula los juegos de azar online. Y una normativa que además prohíba la vinculación publicitaria entre sitios de juego y clubes deportivos también se encuentra en la agenda legislativa.